la infancia (14): niños pobres, en el campo y en las ciudades.

Dos propuestas complementarias ambas de 1973; Joan Manel Serrat graba un disco antológico dedicado al poeta Miguel Hernández.  Y Patxi Andión graba otro “A donde el agua” con canciones propias. No es fácil elegir una de cada uno pero…

EL NIÑO YUNTERO

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,Carl Larsson -   La Labranza
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día esVan Gogh - el sembrador (1889)
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

Autor: Miguel Hernández

Ilustraciones: Carl Larsson, “La Labranza” y Van Gogh, “sembrador” (1888)

CANCIÓN PARA UN NIÑO EN LA CALLE

Hoy rigurosamente hoy
ha nacido un nuevo muerto.
Ha nacido un nuevo niño en la calle,
la calle será su escuela su universidad
su casa el asfalto su morada
y la sociedad urbana le ira formando en secreto
y el suburbio le hará cama y será alarma12159bac1128c416d73760405ce0e147
y el arrabal le hará diestro de la lata y del solar.
Mentiroso chamullante maestro de la miseria,
descuidero, embaucador, estafador, anarquista o…
o quien sabe
quien sabe si quizás antes de morirse o matarse
podrá del hambre vengarse
para ser puente o ser morada o reventar tristemente
en una asquerosa arcada con perdón
para ser simplemente historia de una canción…
Puede ser que una vez
llegue a él la salvación, mi salvación.
Quien sabrá, quien podrá devolverle
la libertad, mi libertad.
Ojalá, alguien le salve mmmm
ojalá, ojalá alguien lo logre
y le salve, y nos salve.
De cada 13 nuevos niños que nacen diez lo hacen en la cama y 3 en la calle.
Y mientras los diez primeros comen
los otros tres se mueren de hambre
mas no puedo seguir juzgando,
no debo… no tengo hambre.

Autor: Patxi Andión

Tengo un hermano que se llama Jorge (II): episodios

“Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad” (Pearl S. Buck)

1979 Javier y Jorge en fiesta navideña

1)   De cuando en el Pirineo de Huesca mi hermano demostró muy mal perder al derribarme burdamente en un partido de fútbol donde yo iba a meter un gol espectacular estilo Messi y él, adolescente imberbe con novia valenciana de anchas caderas y senos firmes de nombre Julia presenciaba atónita el partido y lo pésimamente que jugaba su novio. A resultas del encontronazo perdí medio diente y Julia se casó años más tarde con un maestro fallero.

2)   De cuando en el tren expreso viajábamos con un cassette Sony que aquella misma tarde habíamos comprado en Coesa (la cadena de electrodomésticos que unos años más tarde hizo suspensión de pagos). Hicimos todo el viaje –de doce horas largas- con una única cinta –la primera, que compramos con el aparato-. Era “Mediterráneo”, de Serrat, pero no sabíamos entonces que las pilas no eran Duracel y que adelante y atrás todo el rato hacía que Joan Manuel, desde los Monegros, tuviera una voz lánguida y distorsionada, curvada y retorcida como si de un personaje de Munch se tratara.

3)   De cuando en el Pirineo de Lleida (Cabdella) mi hermano insistía en subir por un camino imposible, con mala predisposición por mi parte pues era dificultoso, peligroso y cansino. Tan difícil era superar los peñascos y coronar la cima que, accidentalmente, mi hermano que iba delante desplazó una gigantesca piedra que esquivé milagrosamente. Si la cosa hubiera ido a mayores ya bien podéis saber quien era Caín y quien Abel.

4)   De cuando la noche del 23-F estuvimos en la casa que mi padre había alquilado junto con otros crápulas separados jugando hasta bien entrada la madrugada al domino. Yo tenía diecinueve años y no era consciente del momento histórico, sólo me importaba ahogar el doble seis. Y que mi padre no se escaqueara de abonar la compensatoria. El club de separados cerró poco después: uno volvió con la esposa, otro se compró toda la discografía de Julio Iglesias y se hizo cajero en un bingo elegante del centro de Barcelona y mi padre se echó una novia de elegante gusto y modales rudimentarios que convirtió a mi madre en una verdadera señora.

5)   De cuando una tarde de no sé que mes de no importa que año unas chicas nos dieron plantón a mi hermano y a mi en pleno Passeig Sant Joan; él conquistador ruborizado y yo perdedor infatigable. Siempre me quedó la curiosidad por saber cómo eran exactamente; yo siempre he creído no que no se presentaron, sino que al vernos desde lejos rehusaron ir más allá. Chicas, saber que en la distancia corta ambos hermanos ganamos (sobre todo yo) y que vuestro olfato os hizo “perder” una loca historia de sexo con amor. A resultas del ligue abortado aquella misma tarde-noche, ya en casa, vi “Las uvas de la ira”. No hay mal que por bien no venga.

Hay más episodios (la Nochevieja que Charlie se fugó de casa, la tarde que mi madre aporreo a martillazos la bicicleta, la boda de nuestro vecino Diego, las noches de agosto en el piso de la calle Fluvia…) pero el año que viene, cuando Jorge cumpla un año más, os los explicaré. Felicidades, hermano, que te veo de reojo leyendo estas tonterías.

Padre (Patxi Andión) y Pare (J.M. Serrat), variaciones de un tema similar

Eres como la mar:
bueno de frente,
peligroso en día gris,
duro y valiente;
llevas en la cabeza
brisas ligeras,
temporal que aún contiene
tu compañera.
Eres como el cantar
de un campesino,
que al cantar va labrando
nuestro camino.
Eres como un dolor
mal repartido,
que se volvió canción
y no quejido.
Eres como la voz
que expende el aire;
eres como un poema
de Miguel Hernández;
y presumes de ser
puro paisano,
de haber sido y de ser
republicano.
Compañero del sol,
fiel compañero,
nunca te preocupó en nada
ser el primero;
eres como el sudor:
callado y quieto,
y nunca abriste el cajón
de tu propio respeto.
Y no quisiste jamás
salvarte solo,
porque no hay salvación – decías –

si no es con todos.
No sabes de venganzas
ni de desquites.
Gorrión que cantó siempre,
aún sin alpiste.
Eres como la sangre,
eres el aire,
la mar, la barca, el remo
y el navegante;
timonel de mi alma,
más que nadie…
y aún eres muchas cosas más
que me callo y me callan…
Padre

Autor: Patxi Andión

Pare,
digueu-me què
li han fet al riu
que ja no canta.
Rellisca
com un barb
mort sota un pam
d’escuma blanca.

Pare,
que el riu ja no és el riu.
Pare,
abans que torni l’estiu
amagui tot el que és viu.

Pare,
digueu-me què
li han fet al bosc
que no hi ha arbres.
A l’hivern
no tindrem foc,
ni a l’estiu lloc
on aturar-se.

Pare,
que el bosc ja no és el bosc.
Pare,
abans de que es faci fosc
tanquem la vida al rebost.

Sense llenya i sense peixos, pare,
ens caldrà cremar la barca,
llaurar el blat entre les runes, pare,
i tancar amb tres panys la casa,
i dèieu vostè…

Pare,
si no hi ha pins
no es fan pinyons,
ni cucs, ni ocells.

Pare,
si no hi ha flors
no es fan abelles,
cera, ni mel.

Pare,
que el camp ja no és el camp.
Pare,
del cel avui ens plou sang,
el vent ho canta plorant.

Pare,
ja són aquí…
monstres de carn
amb cucs de ferro.

Pare,
no, no tingueu por,
digueu que no,
que jo us espero.

Pare,
que estan matant la terra.
Pare,
deixeu de plorar
que ens han declarat la guerra.

Autor: J.M. Serrat 

La lengua de las mariposas (J.L. Cuerda, 1999) (II): cerco a los maestros y a la educación

 J.A. Labordeta hizo un retrato de los sinsabores de explicar historia a los adolescentes aragonees pero la canción que de manera más combativa retrata la función social de los maestros acosados por un entorno hostil es “El maestro”, de Patxi Andión.

Con el alma en una nube
y el cuerpo como un lamento
viene el problema del pueblo,
viene el maestro.

El cura cree que es ateo,
y el alcalde comunista,
y el cabo jefe de puesto
piensa que es un anarquista.
Le deben treinta y seis meses
del cacareado aumento
y él piensa que no es tan malo
enseñar toreando un sueldo.
En el casino del pueblo
nunca le dieron asiento
por no andar politiqueando
ni ser portavoz de cuentos.

Las buenas gentes del pueblo
han escrito al ministerio
y dicen que no está claro
cómo piensa ese maestro.
Dicen que lee con los niños
lo que escribió un tal Machado
que anduvo por estos pagos
antes de ser exiliado.

Les habla de lo innombrable
y de otras cosa peores,
les lee libros de versos
y no les pone orejones.
Al explicar cualquier guerra
siempre se muestra remiso
por explicar claramente
quién venció y fue vencido.
Nunca fue amigo de fiestas
ni asiste a las reuniones
de las damas postulantes,
esposas de los patrones.

Por estas y otras razones
al fin triunfó el buen criterio
y al terminar el invierno
le relevaron del puesto.
Y ahora las buenas gentes
tienen tranquilo el sueño
porque han librado a sus hijos
del peligro de un maestro.

Con el alma en una nube
y el cuerpo como un lamento
se marcha el padre del pueblo,
se marcha el maestro.

trabajar para vivir (5): pescadores con toda la mar detrás

La propuesta confío os gustará; yo he crecido escuchando esta canción de Patxi Andión un montón de veces:

Sólo él tiene el derecho de tutearle a la mar.
Le parieron mar adentro y se le quedó la sal
lamiéndole los orígenes, enseñándole el cantar
que interpreta en la cubierta el furor del vendaval.
Treinta y seis y él, treinta y siete, que salieron a la mar
una mañana de marzo poco antes de clarear.
Trabajadores del agua que no se saben marear,
Masculinos como el viento, bruñidos en temporal.

Mirad, ahí van. Mirad, ahí van
los que en tierra firme no saben andar
que beben vino y no saben nadar
porque el destino no les quiso enseñar.
Miradles bien. Miradles bien.
Son treinta y siete y antes eran cien.
Son orgullosos, son gentes de fe.
Eran pescadores antes de nacer.

Se levantó la arbolada sin quererlos avisar
y al entrar en la ensenada comenzaron a zozobrar.
El piloto está borracho y lo tienen que amarrar
y naufragaron despacio, como intentando esperar.

Sólo el piloto ha quedado para poderlo contar.
Desde ese día borracho, ya nunca sale a la mar.
Y no hay suficiente vino para comprarle la sed
y busca un verdugo amigo y nadie lo quiere ser.

Mirad, ahí va. Mirad, ahí va
el que en tierra firme no sabe andar,
que bebe vino y no sabe nadar
porque el destino no le quiso enseñar.
Miradle bien. Miradle bien.
Eran treinta y siete y sólo queda él.
Es orgulloso, es hombre de fe.
Era pescador antes de nacer.

Que nadie levante un vaso.Que nadie se atreva a hablar.
Que está pasando un marino.
Que está pasando un borracho,
Con toda la mar detrás.

Autor: Patxi Andión, “Con toda la mar detrás”

Ilustraciones, por este orden: Jozef  Israëls , “esperando el retorno de los pescadores”,  August Hagborg y las dos últinas de  Virginie Demont-Breton.

Y la canción con la voz de su autor una delicia:

Amores cotidianos (7): la vanguardia (eye in eye) y la retaguardia (aqui).

Os propongo leer un relato y escuchar una canción que confío puedan complementarse; el relato es de Pau (incluído en su maravilloso bloc la linterna mágica http://lalluviamarilla.wordpress.com/) y la canción de Patxi Andión (incluida en “Palabra por palabra”, 1972).

 Juliette Aristides “bendheim rememberance” (2009)

Mi labor es soplarte la niebla y avivarte las luces. Despejarte las nubes y bajarte las ideas. Apretarte los tornillos, que a veces se te sueltan. Estrujarte las entrañas, alisarte y enderezarte las pestañas. Arrancarte malas hierbas, regarte cada día, hacerte crecer. Calentarte los ojos, templarte los pies. Subrayarte el alter ego, pintarte de rubor. Coserte la sombra a la pared, adherirte la ilusión. Detenerte el tiempo, descongelarte la visión. Amortiguarte vértigos, ladrarte te quieros, desmembrarte los miedos. Taponarte las estelas, protegerte de satélites. Endulzarte la amargura, desvestirte la soledad. Contarte cuentos para dormir, interpretarlos para desperezar. Perfumarte el asteroide. Desempolvarte el corazón.

…Mi labor es ser tu espejo, que veas en mí tu reflejo.

Autor: Pau

Jan Saudek  “Hungry for your touch” (1971)

Cuando sientas el alma
volarte entre los dedos
cuando sientas que el aire
se acerca hasta tu invierno,
cuando oigas silencios
posarse en tu ventana
y vagues cada noche
con el ala cansada.

Yo estaré aquí
detrás de ti
para calmar tu sed
y reforzar tu fe,
acompañar tu sombra
para calmar la hora
de rellenar alcobas
y enderezar la eslora.

Cuando sientas que nadie
se acerca a tu palabra
y el vino se te acabe
dejándola callada,
cuando sientas la boca
amargamente amarga
y apagues los faroles
que señalan tu barca.

Yo estaré aquí
detrás de ti
para darte calor
para ser tu ambición,
para salvar distancias
que nos sientas separan
y enderezar las lanzas
que defienden tu planta.

Cuando sientas callarse
al amigo querido
y creas que ya es tarde
para obtener asilo,
cuando te sientas solo
abandonado y preso
y no encuentres el modo
de soportar tu peso.

Yo estaré aquí
detrás de ti
a remendar dolor
y abrigarte la voz,
dar sombra a tu verano
y hacer tuya mi mano
y ser tu compañía y que tu,
y que tu seas la mía.

Autor: Patxi Andión