las cuatro estaciones (183): invierno

LES MORERES DEL MERCAT

«la seva veu és una remor que ja no escolto»

(Rodolfo del Hoyo)

Fins i tot
aquest febrer
nou anys després 
les moreres del passeig
al costat del mercat
s’enlairen en una plegaria
o un adéu definitiu.
En els braços nus
una reinaxença
creix ingobernable.

Autor: Javier Solé

LAS MORERAS DEL MERCADO

Incluso
este febrero
nueve años después
las moreras del paseo
junto al mercado
se alzan en una plegaria
o una definitiva despedida.
En los brazos desnudos
un renacimiento
crece ingobernable.

Autor: Javier Solé

las cuatro estaciones (180): invierno

MATÍ D’HIVERN

Som els fills del drapaire.

Mariona veu figuretes en els núvols.
En Joan porta a collibè a la petita.
La Laia, el seu xicot i el Miquel
aviven el foc amb branques de pi.
Jo escric en un quadern vermell
la vida dels meus germans.

Fa un fred que gela!
La mare es morta
tot just fa quatre mesos.
Estem tots plegats esperant al pare.
Estem junts i sols
però no tenim por.

La boira escamparà ben aviat.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Dionisio Baixeras, “Mati d’hivern” (1893)

MAÑANA DE INVIERNO

Somos los hijos del trapero.

Mariona ve figuritas en las nubes.
Juan lleva a caballito a la pequeña.
Laia, su novio y Miguel
avivan el fuego con ramas de pino.
Yo escribo en una libreta roja
la vida de mis hermanos.

¡Qué frío esta mañana!
Mamá está muerta
apenas hace cuatro meses.
Estamos juntos esperando al padre.
Estamos juntos y solos
Pero no tenemos miedo.

La niebla se disipará muy pronto.

Autor: Javier Solé

las cuatro estaciones (176): otoño

L’arbre mil·lenari
gaudeix l’últim estiu.
Quan arribi l’hivern
serà foc i cendra.
Ombra i neu,
por en la pols.

El petit pit-roig
amb bruixes i fades.
Boira i silenci,
camí endins.

Autor: Javier Solé

Fotografía: Hayedo de Montejo (Madrid)

El árbol milenario
celebra el último verano.
Cuando llegue el invierno
será fuego y ceniza.
Sombra y nieve,
miedo en el polvo.

El petirrojo menudo
en el bosque perdido
con brujas y hadas.
Niebla y silencio,
en el fondo del camino.

las cuatro estaciones (175): otoño

DEFINITIVAMENTE

A J. Gil de Biedma

Definitivamente, este otoño
se apresuró lluvioso. Los campos
ven cumplido su deseo. Es otoño.
Es un otoño cálido. ¡Qué si fuera caliente…!
Llevamos más de un año, y no hay resquicio
de que vayamos a mover un dedo.
Me pregunto, se lo pregunto a ustedes:
¿No habrá alguna cuestión a que oponernos:
una arbitrariedad, convenios incumplidos,
Leyes retroactivadas…?
¡No!. Ya sé. No me respondan.
No son problemas nuestros, ¡total!:
un grupo de negrazos, maniatados, drogados,
vuelven al continente de donde no debieron salir nunca;
por otro lado, normas municipales
impiden que los pobres deambulen por las calles.
Y un “señor” catedrático refuerza la teoría
de una raza y un sexo, superior a las otras.
¡y da su explicación! ¡y hasta le escuchan!.
Definitivamente, la lluvia llega
y el otoño avanza borrando de memoria
las aceras.

Autor: Manuela Temporelli Montiel

Ilustración: Peder Severin Kroyer, “Trabajadores forestales franceses en una vía” (1879)