no olvidaré tu nombre, Laia (II)

Tres poemas del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6):

HIPERMNESIA

A Ana Belén Martín Vázquez

Debajo de un pino verde
está mi hija sentada.
Cuenta cuentos un colibrí.

El espíritu del bosque
se apodera de mí.

El árbol centenario
en su tronco y en sus ramas
restituye las palabras
permanente persistente.

La imagen de mi hija
fugacidad felicidad
la música del pájaro
cobija mi destierro.

Indisolubles ya los tres
pájaro, árbol y niña.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Georgios Jakobides, “Mujer sentada en un tronco de árbol” (1890)

NINFA DE PAPEL

He visto
en un libro
de pinturas
una ninfa
junto al río.
Se parecía tanto a ti
que la he besado
y creo haber oído
que me llamaba por mi nombre.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Millet, “The Goose Girl” (1863)

A MERCED DE LAS TINIEBLAS

En mitad de esta tormenta,
la víspera del día de los difuntos,
con el suelo anegado
por la lluvia insistente

me da miedo dejarte sola

en este mar de llantos y lamentos
con las plañideras rasgando el sueño
de quienes lo perdieron todo.

Ahora
siempre
en la víspera de una efeméride vacía

me da miedo dejarte sola

que sientas frío y nadie cubra tu desnudez
que tengas hambre y nadie caliente un plato de sopa
que experimentes
miedo pena y rabia
y no pueda ni mi miedo ni mi pena ni mi rabia,
en esta noche inacabable,
protegerte de truenos mudos
resguardarte de relámpagos ciegos

me da miedo dejarte sola

a merced de las tinieblas
por los siglos de los siglos.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Vladimir Paroshin, “at the sea”

nochevieja

NOCHEVIEJA

Duerme el abuelo en la parra
feliz después del trabajo.
Endurece su piel al sol
enferma y luego muere.
Fallece más tarde también
la niña de claros ojos.

Son las manos de los hijos
herederos de su huerto
filoxera de las viñas,
podan la vid a destiempo.
Los zarcillos cesan de trepar.
Y la última noche del año
ni son doce los comensales
ni doce las uvas que comen.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Josep Mirabent, “uva negra” (1878)

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

ciudades y personas (XI): L’Hospitalet de Llobregat. El cementerio (V)

LOS BANCOS DONDE ME SIENTO

El banco espera alguien con quien compartir el silencio.

“recorrer las vetas
del banco que fue roble
es el bálsamo que cauteriza las heridas”

(Javier Solé, versos de un poema inconcluso)

Desde que abandoné
las visitas al cementerio
no encontré un lugar
donde hablar contigo

o,
simplemente,

pensarte.

Aunque acontezca
de manera casual
nada es gratuito.
Las elecciones más nimias
responde a una lógica.

Por ejemplo,
los bancos donde me siento.

Puedo cada día escoger uno diferente
donde tu hermana te dio aquel biberón
el que custodiaba vuestros juegos en el parque
aquellos donde lamías un helado
o el que servía de platea para tus bailes los domingos.

Por supuesto,
el banco frente a la escuela donde lloré
el día después de tu funeral.

Me siento cada día
en un banco con historia
intentando hacerte compañía.

Cuando descubro es absurdo
escojo uno alejado de la tragedia
pero todos están contaminados
y ninguno es ajeno al pasado.

Autor: Javier Solé

Ilustración de Filippo Rizzi

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

Fotografía: Javier Solé, “Bellvitge”, febrero 2016

A VECES… CASI SIEMPRE

A veces
cuando experimentas un instante de felicidad
o un segundo de gozo
apenas una milésima de dicha

al ver la sonrisa de las amigas
al sentir el calor del sol del mediodía
al estremecerse con el tacto de una piel que
tiene frío y entra en calor con tu abrazo.

a veces,

cuando todo esto pasa

tengo la necesidad urgente
de volver al cementerio
mirar a los ojos a mi hija
tirar por la borda la jornada
-y la existencia entera-
recordando una y otra vez
lo injusta que con Laia fue la vida.

Autor: Javier Solé

Fotografía de Laia Solé, enero del 2008

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

la vida y la muerte (175)

TENENCIA INTERINA

“Soy el que ya comienza a no existir
y el que solloza todavía.

Es horrible ser dos inútilmente”

(Antonio Gamoneda)

Hay
una vida
que avanza
hacia la nada,
que proviene
de la nada,
que es
nada

y,
sin embargo,
es
todo,
lo que tengo,

el usufructo
que un día
entregaré
o me será
arrebatado.

Autor: Javier Solé

Fotografía de Caras Ionut

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

ciudades y personas (IX): L’Hospitalet de LLobregat. El cementerio (IV)

FORMIGA


“Pienso en la hormiga,
Tan diminuta ella.
Y yo a sus pies”

(Joan de la Vega)

Una formiga fuig del fred
s’atura davant del teu nom
agafa unes molles del teu berenar.
Podria, amb la meva ràbia,
executar aquest maleït insecte
que roba l’entrepà d’un nen
però descobreixo
el seu recorregut en el marbre
i la seva por és tan tendre
que només puc indultar
aquesta formiga que fuig del fred
i aprofita el pa que tu no menjaràs.

Redimir la vida més menuda és el nostre destí.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Dalí, “las hormigas” (1929)

Una hormiga huye del frío
se detiene delante de tu nombre
roba un trozo de tu merienda.
Podría, con mi rabia,
ejecutar este maldito insecto
que hurta el bocadillo a un niño
pero descubro
su tránsito en el mármol
y su miedo es tan tierno
que puedo sólo indultar
a la hormiga que huye del frío
y aprovecha el pan que tú no comerás.

Redimir la vida más pequeña
es ahora nuestro destino.

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

HE VENIDO NUEVAMENTE A TU CASA

“una lápida no es, contra lo que podría pensarse, un
testimonio de la muerte, sino la memoria de lo que fue la vida”

(Carlos Marzal)

Qué absurdo
subir hasta tu morada
sabiendo estás
pero no abrirás la puerta.

Y qué urgente
la necesidad
-casi un imperativo-
de desplazarse hasta el lugar.

No vengo para hacerte compañía
-vivimos en planos diferentes-
tampoco para mitigar mi pena
-es tan mía y es tan densa-,

acudo sólo
por el perfume de las flores
que circundan los pasillos
el silbido de los trenes
que atraviesan la ciudad
-no distingo cuando vienen o cuando van-
el silencio de las almas abatidas
el vértigo irrefutable de la desolación.

Autor: Javier Solé

Fotografía: Cementerio de L’Hospitalet, abril 2014

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

ciudades y personas (VIII): L’Hospitalet Llobregat. El cementerio (III)

¿NECESITA ESCALERA, JEFE?

“Una rosa en su deshielo
deposita sobre mi frente
tu cálido beso muerto”

(Magda Robles)

Para besar a los muertos
dispuestos en las estanterías
más altas
el empleado de la municipalidad
me pregunta todas las mañanas
¿necesita escalera, jefe?
y yo le sonrío
mientras declino su ayuda
con un movimiento imperceptible
de la cabeza.

Soy bajito
pero él no sabe
que tú desciendes
todos los días
te sientas en un banco
aguardando impaciente
mi llegada.

Una mañana esperarás
en vano.

Autor: Javier Solé

Ilustración de Dima Dmitriev

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

EL SEGUNDO PELUCHE

Había
en la tumba
un ramo de flores frescas
junto a un peluche nuevo
-el segundo, uno por cada año-.

No sé
si cuando
cumplas
dieciocho
seguirán
tus amigos
depositando
muñecos.

Tampoco
estoy
seguro
si te hacen
a ti compañía
o juegan entre ellos
o rotulan
una alegría
en la amargura
de quienes
venimos
apesadumbrados
a este templo del silencio.

Autor: Javier Solé

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

ciudades y personas: Barcelona (X)

MARBRE

“He vingut per això: per saber dir-te adéu
i travesso rius negres que l’oblit desfermava
i vinc i et dic adéu
i en l’adéu hi ha l’encara”

(Susanna Rafart, fragment del poema “Veure’t és dir-te adéu”)

Et dic sempre
aquesta serà l’última vegada.
Però torno un altre cop,
gairebé ni et parlo,
el teu silenci en fa mal.
L’adeu avui és definitiu
o potser torni aviat.
Dia i nit lluito encara
contra l’ombra de l’oblit

Autor: Javier Solé

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

Ilustración: “el beso de la muerte”, escultura del cementeri Poblenou (Barcelona).

El Beso de la Muerte es una escultura de mármol, que se encuentra en el cementerio de Poblenou en Barcelona. Se cree que la escultura fue creada por Jaume Barba, aunque otros aseguran que la idea fue concebida por Joan Fontbernat.

El encargo se hizo al taller de Jaume Barba, a quien desde siempre fue adjudicada la creación de la escultura, pero dado que el maestro tenía 70 años cuando se realizó, parece más veraz la versión de que la obra fue realizada por Joan Fontbernal que era yerno del maestro y escultor más cualificado del taller, aunque la parte trasera de las costillas de la escultura que posee un realismo impactante, también es atribuida a Artemi Barba.

La escultura representa a la muerte, en forma de un esqueleto alado, plantando un beso en la frente de un hombre joven y guapo. La escultura evoca diferentes respuestas a las personas que la ven: es el éxtasis en el rostro del joven o la renuncia a la vida.

El erotismo del beso es difícil de disimular; la escultura es a la vez romántica y terrible. Atrae y repele a la vez, la necesidad de tocar combina con el deseo de huir.

La escultura se encuentra sobre la lápida del empresario textil Josep Llaudet Soler. Hacia 1930 la familia Llaudet perdió un hijo en plena juventud y quiso hacer una escultura para su tumba.

MÁRMOL

Te digo siempre que será
esta la última visita.
Pero vuelvo otra vez,
casi ni te hablo,
hiere tu silencio.
Puede sea hoy
El adiós hoy es definitivo
o quizás tal vez regrese pronto.
Día y noche enfrentado
a la sombra del Olvido.

Autor: Javier Solé

la infancia (83): la escuela

LA HORA DEL RECREO

“Tanco els ulls i penso que ets feliç”

(Anna Aguilar-Amat)

Escucho
la algarabía de los niños
a la hora del recreo.

Está abierta la ventana
para ahuyentar a la Muerte.
Te preparo el almuerzo
y exprimo zumo de naranja.

Desde que volviste del hospital
estás más triste y apagada.
Todos lo estamos.

Cocino sin pericia
macarrones gratinados

Te cubro los pies con una manta,
estás muy quieta,
no puedes darte por vencido.
Ahora no.
Hemos doblegado
-de momento-
a la enfermedad.
Y tenemos que intentar
llegar hasta el verano.

Estoy asustado.
Casi no te mueves
tus ojos no me miran
el muñeco está en el suelo.

¿y si ya hubieras muerto?
Tu respiración dibuja en la ventana
una frágil esperanza.

El aliento que derrotará al invierno.

Autor: Javier Solé

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

INICIO DEL CURSO ESCOLAR

Se me hace extraño
escuchar a la maestra
que nos explica cosas
del nuevo curso
pensando
mientras la oigo hablar
si era éste el pupitre
donde se sentaba Laia
pues es la misma escuela,
es la misma clase,
es la misma maestra,
pero yo no soy el mismo
ni ella repite curso.

Autor: Javier Solé

Del libro de poemas “La casa del silencio” (ISBN 978-84-9095-522-2)

la vida y la muerte (140). Dos poemas de Javier Solé

EL VUELO ININTERRUMPIDO DE LOS PÁJAROS

Sólo se necesita un segundo
para que las construcciones más maravillosas se desmoronen.

La sonrisa de los muertos que vivieron
permanece agazapada

unas veces alimentando la vida a un cuerpo sin vida
otras agitando la muerte en los cuerpos que viven.

Sólo somos vulnerables cuando amamos.

La golondrina que vuela cae
con el primer disparo en el lago.

La tristeza nunca es abatida por el tiempo.

Ella era tan joven.

Autor: Javier Solé

Del libro de poemas “La casa del silencio” (ISBN 978-84-9095-522-2)

AROMACOLOGÍA

“Tu hermana es un lucero
en el azul lejano…

(Antonio Machado)

Hoy,
la víspera del día de difuntos,
transcurridos más de treinta meses
sin hablar tu hermana
de ti conmigo,
muestra una de tus prendas.
Afirma emocionada
conserva aún tu aroma.

Y deletrea tu nombre entero.

Yo perdí con estos años
la alegría y el olfato
pero le miento
y nos abrazamos en silencio.

En el ángulo de la noche
brilla una luz.

Autor: Javier Solé

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)

A propósito de Chernobyl (I)

ZONA DE EXCLUSIÓN


Regreso a ti forastero.
Te visito a escondidas.

Todavía quererte quiero.

El Calvario de la Muerte
nos ha ido distanciando.

En los párpados ceniza
escribía Gamoneda.

Recorro los recovecos.
Soy animal moribundo.
Recapitulo el ayer.
La niebla de isótopos
adherida a los objetos
lapida lo cotidiano.
Invierno macilento
los álamos en las casas.

Inhumada la utopía
en la zona de exclusión.

Yo viví,
al amanecer la luna,
una hoguera en el mar.

Todo por ti
lo hubiera dado.

Autor: Javier Solé

Del libro de poemas “El exilio interior” (ISBN 978-84-1304-853-6)