“Si no se puede bailar, no me interesa tu revolución” (Emma Goldman)
Ilustración: Raffaello Sorbi, “the harvest dance” (1893)
Olvidan lo que son,
gozosos en el aire
y en la luz,
y ven por transparencia
aquello que a los ojos
se les niega.
Ahora se han posado
sin ruido en una rama
y emiten algún canto
que tan sólo adivino.
Alzan el vuelo,
y yo vuelo con ellos,
sin deseos,
sin pensamientos ya,
sin otro cuerpo
que el que me presta
el aire.
Autor: José Corredor-Matheos
RECUERDO aquel paseo
solitario
en que sólo el silencio
era lo que alcanzaba
a oír entre las hojas,
y podía sentirme
como un árbol,
sentirme como un pájaro.
y recuerdo también
un único paseo
acompañado,
hace ya mucho tiempo.
No puedo recordar
quién pisaba las hojas
a mi lado.
Autor: José Corredor-Matheos
Ilustración: Virginia Vero, “El árbol y su sombra”
“Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”
(Ludwig van Beethoven)
“El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla”
(Robert Browning)
Ilustraciones: Albert Edelfelt, “Serenata en el embarcadero” (1887), John White Alexander, “Retrato de Kathleen Cowan” (1900) y Eugenio Zampighi, “una vieja melodía”
ESCRIBIR todo aquello
que puedas escribir,
sin lastimar a nadie,
más que a ti.
O callar, callar mucho,
no decir lo que sabes,
aunque sea tan poco.
Contemplo el cielo gris
y espero que la noche
me devuelva
toda la claridad
que niega el día.
Vuelvo ahora la vista
a la página en blanco,
donde intento escribir
un solo verso: el último.
Autor: José Corredor-Matheos
Ilustración: Thomas Thompson, “Cielo gris”
Estás leyendo
los versos de un poema
aún no escrito.
Autor: José Corredor-Matheos
Ilustración de Martí Ceballos
No, los muertos no hablan,
pero escuchan.
Aunque puedan ser tantas
las preguntas
que querrías hacerles…
¿Lo han olvidado todo,
hasta su nombre,
o es que, por el contrario,
son memoria tan sólo?
¿Sentiste alguna vez
el aleteo insomne
de sus pasos?
No desean rozarte,
perturbar tu costumbre
de vivir,
pero te necesitan,
y tú los necesitas.
Los muertos no te ven,
como tú no los ves,
pero ellos te sienten,
como los sientes tú.
Debes saber que están
y que no esperan nada.
Autor: José Corredor-Matheos
Ilustración: Modest Urgell, “Cementerio” (1876)
Aquí no yace nadie.
Seguid vuestro camino
hacia la nada
y borrad este nombre
en la memoria.
Autor: José Corredor-Matheos
Ilustración: Modest Urgell, “Cementerio e iglesia ” (1880)
Estas barcas varadas
en la arena
se levantan, de pronto,
y surcan otras aguas,
hacia otras soledades.
Tú contemplas el mar
y sientes cómo crece
tu pecho a cada ola.
Te levantas ahora
y comienzas a andar.
Desde la orilla ves
cómo te alejas,
igual que si supieras
hacia dónde.
Autor: José Corredor-Matheos
Ilustración: Modest Urgell, “Después de la tempestad” (1866)
BOCA EN FLOR
había sombras
había sexo
y tú no estabas
había amor que brotaba verde
desde las cumbres concupiscentes
manos húmedas que rozaban labios interminables.
Allí
encontraste mi cuerpo
entre la savia y la sangre
dormitando en las grietas de tu casa
borbotando como un grito
desde el centro de mi útero
recitando una oración
-la más triste-
a modo de conjuro
eléctrico y ausente.
Incendiaste el curso de mis sueños
y había cantos
crepúsculo sobre las piedras
lugares imposibles
peces con ojos de sirena
y estabas tú
estaba yo
estaba tu ausencia
Autor: Alba Seoane
Ilustración de Gino Rubert