“Escribo en la mayor soledad. Aprendí a leer y a escribir no para dominar y planificar sino para pensar y sentir”
POEMO
Me asomé a la balcona
y contemplé la ciela
poblada por los estrellos.
Sentí fría en mi caro, me
froté los monos
y me puse la abriga
y pensé: qué ideo,
qué ideo tan negro.
Diosa mía, exclamé:
qué oscuro es el nocho
y que sólo mi almo
y perdido entre las vientas
y entre las fuegas,
entre los rejos.
El vido nos traiciona,
mi cabezo se pierde,
qué triste el aventuro
de vivir. Y estuvo a punto
de tirarme a la vacía…
Qué poemo.
Y con lágrimas en las ojas
me metí en el camo.
A ver, pensé, si las sueñas
o los fantasmos
me centran la pensamienta
y olvido que la munda
no es como la vemos
y que todo es un farso
y que el vido es el muerto,
un tragedio.
Tras toda, nado.
Vivir. Morir:
qué mierdo.
CABALLITOS (fragmento)
Que instalen caballitos
en todas las calles,
que llenen de caballitos las ciudades.
Siglos
llevamos con el invento de feria en feria
sin descubrir su humanísima aventura.
Que celebren los novios
su viaje en los caballitos,
de caballito en caballito.
Que cada familia tenga sus caballitos,
¡todos en los caballitos!
Que los amigos
hablen sueñen y discutan
dando vueltas en los caballitos.
“Pero existe un humanismo que aún no ha podido desarrollar sus auténticas posibilidades, el humanismo libertario, porque se enfrenta decididamente a todo poder, a su misma esencia, humanismo que yo califico de poético, entendiendo lo poético, como algo más que lo estético o lo literario, como esa transformación de lo real, salvaje y político en poético, es decir en mundo humanizado”
(Jesús Lizano)
Fuente original material gráfico de Noelia Pérez:
http://www.liaperez.com/index.php?/fotografia/lizanografias/