“Le hablo a dios pero el cielo está vacío”
(Sylvia Plath)
Yo estudié en un colegio de jesuitas de un barrio obrero de Barcelona, la Escola Tècnica Professional del Clot.
En mi expediente académico figuran, como mínimo, tres manchas negras, a saber:
1) Reiterados suspensos en idiomas, sea el que fuese. Francés, latín, griego. Fins i tot català. Igual es por eso que me cuesta entender a la gente.
2) Exento en educación física, alegando una gilipollez. Seguramente este hecho es antesala del sobrepeso.
3) Excelentes notas en religión que me permiten asegurar con conocimiento de causa que Dios no existe y que debemos organizar nuestra existencia con la certeza de que éste es el único mundo que viviremos.
Entre los jesuitas Joan Ollé, Lluís Armengol, Lluís Maria Chanut, Josep Maria Elias, Ernest Labeira, Francesc Xicoy, Enric Puig…
No todos fueron buenos, de algunos guardo un mal recuerdo.
Y la colaboración de maestros seglares, muchos de cuyos nombres no puedo precisar…, Xavier Bascompte, con quien descubrí las matemáticas y el miedo; Enric Pagès, que me alerto de mis limitaciones artísticas a gritos o Josep Fatjò que me permitía dar cabezadas en clase y tenía la suficiente paciencia para corregirme antes del examen los apuntes pues algunas palabras las había mal oído durante el adormecimiento.
Pero de todos ellos quien mejor y más profunda huella dejó fue Ernest Labeira, un aragonés con una visión humanista, amplia y optimista y cuyas reflexiones y pensamientos suponían una ventana abierta al mundo.
Aunque la memoria es selectiva –y tonta- y tiende a omitir lo malo y revivir sólo lo bueno estoy convencido de que mi educación fue razonablemente satisfactoria aunque manifiestamente mejorable.
Por otra parte, nadie en su sano juicio echaría por tierra la educación recibida. Seria un suicidio intelectual. Por eso, prometo matarme cuando me muera.
La fotografía es de 1968 en una eucaristía campestre. Luzco un pantaloncito corto monísimo.
Ya en la foto se nota que ibas para ateo
…
(gracias por arrancarme 4 carcajadas azules, noche ésta gris y lluviosa)
Alguien sabe algo del padre Lluis Maria Chanut. para mi fue un tipo excelente.
Ya suscribo que era una buena persona. Precisamente sobre las trágicas circunstancias de su muerte escribí un relato que he publicado en este mismo blog, te dejo el enlace ya que algunas personas han testimoniado en los comentarios su cariño hacia él.
https://fragmentsdevida.wordpress.com/2013/06/19/el-camino-repleto-de-nieve/
Buenas tardes Eugenio. Para mí el padre Chanut también fue una persona muy importante. Me hizo descubrir el maravilloso mundo de la montaña, que me ha acompañado toda la vida. Estuve en la escuela del 70 al 76, fui socio del club ” la cruzada” que fundó el pdre Chanut. Futbolines, billar… y sobre todo las excursiones que organizaba el padre Chanut. Me encantaría contactar con los supervivientes de aquella tragedia. Miquel Angel Dominguez, y Esteve Amat. Por si alguien tiene alguna referencia.
Un saludo
Además de este artículo escribí un relato que incluí en un libro. Te dejo el enlace por si es de tu interés: https://fragmentsdevida.wordpress.com/2013/06/19/el-camino-repleto-de-nieve/
Yo también estudié en los jesuitas del Clot. Reconozco al padre Serrallonga en la foto. Coincido contigo en varias cosas, pero especialmente en el miedo que infundía Xavier Bascompte y en el reconocimiento del padre Labeira como ejemplo de humanista que influía positivamente en sus alumnos. Entrè en el colegio en 1969 y permanecí hasta 1976
Pues yo esos años también estuve. Terminé mi etapa allí en el año 1980. En el blog hay algún otro relato donde se menciona la escuela, por si te interesa te dejo el enlace. Y muchas gracias por la lectura y el interés. Son éstos: https://fragmentsdevida.wordpress.com/2013/06/19/el-camino-repleto-de-nieve/ y https://fragmentsdevida.wordpress.com/2013/09/01/el-puente-de-mi-ninez/