amores cotidianos (401): geometría

Tractat de geometria

Ja floreix com un clavell
la primera llum del dia.
Jo voldria, li diu ell,
escriure’t sobre la pell
un tractat de geometria.

(Escriure’t sobre la pell
un tractat de geometria.)

Si t’estires de costat
i el teu cos al meu s’aploma,
llegiré en paper pigat
les paraules del tractat
i recitaré l’axioma:

“Dues boques fan un bes.
Quatre ulls, una mirada.
Bes, mirada i un cor encès,
canten, per regla de tres,
una cançó enamorada.”

I ella, amb posat amatent,
li diu: jo també ho voldria.
I s’escriuen mútuament
i disposen cos i ment
en perfecta simetria.
Si t’estires de costat
i el teu cos al meu s’aploma,
llegiré en paper pigat
les paraules del tractat
i recitaré l’axioma:

“Dues boques fan un bes.
Quatre ulls, una mirada.
Bes, mirada i un cor encès,
canten, per regla de tres,
una cançó enamorada.”

Autor: Clara Fiol Dols

yo y los demás (168): Como la cigarra de Maria Elena Walsh

COMO LA CIGARRA

Tantas veces me mataron, tantas veces me morí
Sin embargo, estoy aquí, resucitando
Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal
Porque me mató tan mal, y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
Después de un año, bajo la tierra
Igual que el sobreviviente
Que vuelve de la guerra

Tantas veces me borraron, tantas desaparecí
A mi propio entierro fui sola y llorando
Hice un nudo del pañuelo, pero me olvidé después
Que no era la única vez, y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
Después de un año, bajo la tierra
Igual que el sobreviviente
Que vuelve de la guerra

Tantas veces te mataron, tantas resucitarás
Cuántas noches pasarás desesperando
Y a la hora del naufragio, y a la de la oscuridad
Alguien te rescatará, para ir ir cantando

Cantando al sol como la cigarra
Después de un año, bajo la tierra
Igual que el sobreviviente
Que vuelve de la guerra

Autor: Maria Elena Walsh

Más información:

https://es.wikipedia.org/wiki/Como_la_cigarra

https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/como-cigarra-himno-generacional-maria-elena-walsh-nid2228586/#:~:text=%22En%20realidad%20la%20canci%C3%B3n%20la,de%20esperanza%20pensado%20para%20ellos.

Versión de Mercedes Sosa:

Versión de Leon Gieco:

Versión de Raquel Kurpershoek:

holm

Holm (A Dream)

Si pudiera cerrar los ojos y los sueños me tomaran de la mano, me levantaría y volaría en un cielo nuevo y olvidaría mis penas.
Si pudiera viajar en mi imaginación, construiría palacios y noches donde el amor y mis esperanzas puedan crecer y borraremos el dolor..
Un mundo en el que ves personas cuyos rasgos,
están nublados por la opresión, la miseria y el sufrimiento
de una amarga realidad que destruye todo lo que construimos.
Un mundo donde se ven levantarse muros de tiranía que aplasta en nosotros sueños y sueños.
y reine la oscuridad y la avaricia en todos los corazones.

Autor: Emel Mathlouthi

Ilustración: Hussein Bicar, “Marine in the Moonlight” (1994)

Holm de EMEL es una canción que expresa el deseo de escapar de las dificultades e injusticias del mundo y encontrar consuelo en una nueva realidad. La letra describe un anhelo de cerrar los ojos y dejarse llevar por los sueños, elevándose hacia un nuevo cielo donde el dolor y el sufrimiento se olvidan. La canción sugiere un mundo de fantasía donde uno puede viajar libremente en su imaginación, plantando y construyendo palacios de noches. Este reino imaginario representa un espacio donde crece el amor y los sueños se cumplen, sirviendo como un escape de las cargas de la realidad. La letra también refleja una insatisfacción con el estado actual del mundo. Destaca la presencia de sufrimiento, injusticia, opresión y oscuridad que ensombrecen la vida de las personas. Las imágenes de muros de tiranía alude a las estructuras y fuerzas sociales que obstaculizan el progreso y aplastan los sueños. La canción enfatiza la lucha colectiva contra el egoísmo y el predominio de la oscuridad y el egocentrismo en todos los corazones. En definitiva, “Holm” transmite el anhelo de un mundo mejor, donde los sueños no sean aplastados y el amor y la esperanza prevalezcan sobre el dolor y el sufrimiento.

las cuatro estaciones (194): otoño

Canción de las simples cosas

Uno se despide, insensiblemente, de pequeñas cosas
Lo mismo que un árbol
Que en tiempo de otoño Se queda sin hojas
Al fin la tristeza es la muerte lenta De las simples cosas
Esas cosas simples Que quedan doliendo En el corazón

Uno vuelve siempre
A los viejos sitios donde amó la vida
Y entonces comprende
Cómo están de ausentes las cosas queridas
Por eso muchacho no partas ahora
Soñando el regreso
Que el amor es simple

Y a las cosas simples las devora el tiempo

Demórate aquí
En la luz mayor de este medio día
Donde encontrarás
Con el pan al sol, la mesa tendida
Por eso muchacho no partas ahora
Soñando el regreso

Que el amor es simple
Y a las cosas simples las devora el tiempo

Uno vuelve siempre
A los viejos sitios donde amó la vida.

Autores de la canción: Julio Cesar Isella / Armando Tejada Gomez

Hay letras tan directas que se parecen a la conversación con un amigo o al consejo de un hermano. Hay canciones que escapan de una partitura para dibujarte las notas desde dentro, a medida, con la forma y la cadencia exacta que solo caben en ti. Una de esas canciones, para mí, es la Canción de las simples cosas, de César Isella y Armando Tejada —o de las cosas que importan de verdad—. Ya sea en esa garganta inmensa de Mercedes Sosa, en el timbre desgarrado de Chavela Vargas o en el quejío largo de Diego, El Cigala, es una de esas canciones que, si te detienes a escucharla, te acaba atrapando” (Gabriel Urbina)

Ilustración: Van Gogh, “paisaje otoñal al crepúsculo” (1884)

Versión Mercedes Sosa:

Versión Chavela Vargas:

la infancia (138): niños pobres (II)

PARA UN NIÑO EN LA CALLE

A esta hora exactamente,
hay un niño en la calle…
¡Hay un niño en la calle!

Es honra de los hombres proteger lo que crece,
cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
evitar que naufrague su corazón de barco,
su increíble aventura de pan y chocolate
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre
de otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
ensayar en la Tierra la alegría y el canto,
porque de nada vale si hay un niño en la calle

No debe andar el mundo con el amor descalzo
enarbolando un diario como un ala en la mano
trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
golpeándonos el pecho con un ala cansada.
No debe andar la vida, recién nacida, a precio,
la niñez arriesgada a una estrecha ganancia
porque entonces las manos son inútiles fardos
y el corazón, apenas, una mala palabra

Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
que hay millones de niños que viven en la calle
y multitud de niños que crecen en la calle.
yo los veo apretando su corazón pequeño
Mirándonos a todas con fábula en los ojos
un relámpago trunco les cruza la mirada,
porque nadie protege esa vida que crece
y el amor se ha perdido, como un niño en la calle

Autor: Armando Tejada Gómez

Ilustración de Fernand Pelez, “niño de la calle” (1880)

Calle 13 Ft. Mercedes Sosa:

trabajar para vivir (75): in itinere

Cuando voy al trabajo

Cuando voy al trabajo
pienso en ti,
por las calles del barrio
pienso en ti,
cuando miro los rostros
tras el vidrio empañado
sin saber quienes son, donde van.
Pienso en ti,
mi vida, pienso en ti.
En ti, compañera de mis días
y del porvenir
de las horas amargas
y la dicha de poder vivir,
laborando el comienzo de una historia
sin saber el fin.

Cuando el turno termina
y la tarde va
estirando su sombra
por el tijeral
y al volver de la obra
discutiendo entre amigos
razonando cuestiones
de este tiempo y destino,
pienso en ti
mi vida, pienso en ti.
En ti, compañera de mis días
y del porvenir
de las horas amargas
y la dicha de poder vivir,
laborando el comienzo de una historia
sin saber el fin.

Cuando llego a la casa
estas ahí,
y amarramos los sueños…
Laborando el comienzo de una historia
sin saber el fin.

Letra y música: Víctor Jara, 1973

Ilustraciones: Munch, “Obreros de vuelta a casa” (1912) y Walter MacEwen, “regreso a casa después del trabajo” (1885)

yo y los demás (167): Manifiesto de Víctor Jara

MANIFIESTO

Yo no canto por cantar
ni por tener buena voz,
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón.

Tiene corazón de tierra
y alas de palomita,
es como el agua bendita
santigua glorias y penas.

Aquí se encajó mi canto
como dijera Violeta
guitarra trabajadora
con olor a primavera.

Que no es guitarra de ricos
ni cosa que se parezca
mi canto es de los andamios
para alcanzar las estrellas,
que el canto tiene sentido
cuando palpita en las venas
del que morirá cantando
las verdades verdaderas,
no las lisonjas fugaces
ni las famas extranjeras
sino el canto de una lonja
hasta el fondo de la tierra.

Ahí donde llega todo
y donde todo comienza
canto que ha sido valiente
siempre será canción nueva.

Letra y música: Víctor Jara

Víctor Jara había vuelto exultante de su ultima gira por Perú, en junio de 1973, la que se convertiría en su último viaje internacional. Al retornar, se concentró en las nuevas canciones que darían forma a dos discos: Canto por travesura y Tiempos que cambian. El primero estaba dedicado a canciones de la tradición picaresca del campo chileno, música que el autor conocía de forma profunda, al haber nacido en 1932 cerca de Chillán. La historia de Tiempos que cambian sería más convulsa. No alcanzó a grabar la totalidad de las composiciones previstas. Su detención el 11 de septiembre de 1973 y su posterior asesinato dejaron truncado este proyecto. Sin embargo, alcanzó a registrar la canción Manifiesto,

Las cintas donde estaba grabada Manifiesto y el resto de sus canciones finales tuvieron que ser sacadas del país de forma clandestina. Una periodista sueca que entrevistó a Joan una semana después del asesinato de su pareja, le propuso llevarlas a Inglaterra. Así, las trasladó de manera clandestina en su maleta y pudo llevarlas al estudio Abbey Road, de Londres, para que se trabajaran. El mismo sitio legendario donde The Beatles facturó casi toda su obra. Ahí, el registro fue rescatado y pudo ver la luz en 1974 de manera póstuma. Eso sí, el álbum ya no se llamó Tiempos que cambian, como era el plan original, sino que pasó a rebautizarse como Manifiesto, tal como rezaba su canción principal. Así es conocido el disco hasta hoy.

Versión de Illapu:

Isabel Parra:

la infancia (135): niños pobres (I)

Luchín

Frágil como un volantín
en los techos de Barrancas
jugaba el niño Luchín
con sus manitos moradas
con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
el caballo lo miraba.

En el agua de sus ojos
se bañaba el verde claro
gateaba a su corta edad
con el potito embarrado
con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
el caballo lo miraba.

El caballo era otro juego
en aquel pequeño espacio
y al animal parecía
le gustaba ese trabajo
con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
y con Luchito mojado.

Si hay niños como Luchín
que comen tierra y gusanos
abramos todas las jaulas
pa’ que vuelen como pájaros
con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
y también con el caballo.

Letra y música: Víctor Jara

Ilustración: Pableras García, “Un canto ilustrado (Luchín)”

En pleno invierno de 1970, Luis Iribarren Arrieta fue adoptado por Víctor Jara. El compositor lo encontró cuando tenía menos de un año en la población y asumió su cuidado. Además de darle sus apellidos, el cantautor le escribió «Luchín», una canción que se convertiría en una de las composiciones más conocidas de su extensa obra.

Jara lo conoció cuando llegó por unos trabajos de invierno luego del desborde del río mapocho por un temporal. Vio al niño enfermo, envuelto en unos trapos en medio del barrio, y lo llevó a su casa junto a Joana Turner y sus dos hijas, Manuela y Amanda.

“Luchín” es una canción del cantautor chileno Víctor Jara que fue publicada en el año 1972 en el disco “La Población”. Hijo de una familia campesina, desde pequeño Víctor gustaba de esas viejas pero dulces tonadas que le cantaba su madre, Amanda Martínez. Pero sus inicios en los escenarios los hizo en el teatro, donde encontró el ruedo para mostrar todo su talento en las letras escribiendo obras y presentándolas por todo el mundo en los 60’s y que lo dejaron como uno de los directores teatrales más aplaudidos en Chile. Pero a mitad de la revolucionaria década de los 60’s, Víctor encontraría una nueva forma de expresar su sentir, y sería por medio de las canciones y el folclor. Por ello se dedicó a investigar y rescatar el folclor campesino, que era totalmente distinto a ese folclor que se difundía en las radios que hacían referencias a patrones con patrones de fundo dándoselas de amantes de la tierra y del sufrimiento del campesino. Con Víctor, que seguía los pasos de Violeta Parra, Margot Loyola y otros músicos dedicados a la investigación, se empezó a notar un nuevo movimiento musical donde la música tradicional fue mezclada con crítica social ante las injusticias que se notaban entre las clases sociales más bajas.

En 1972, Víctor decidió rendir un homenaje a todas esas familias que tenían la valentía de luchar por una oportunidad laboral y por una vivienda decente. Por ello, y en homenaje a esas personas, Víctor Jara lanza al mercado su disco titulado simplemente “La Población”; dentro de ese disco viene incluida la ya mencionada balada “Luchín”, que era el retrato de un niño que vivía su blanca inocencia en un mundo de pocas oportunidades y donde los recursos eran bajos, ya que sus padres eran temporeros o simplemente obreros de quincena mal pagada y un trato laboral deprimente. La historia de esta canción viene ligada a la realidad y en especial por ese niño que el mismo Víctor pudo ver jugando con una pelota de trapo, un perro y bajo las patas de un caballo.

Uno de los chiquitines que llegó a la facultad se convirtió en tema de una canción de Víctor. Luchín estaba gravemente enfermo de pleuresía y necesitaba constantes cuidados de día y noche. Quena lo había encontrado en uno de sus viajes a la población: un mugriento montoncito de harapos en el fangoso suelo de una choza donde vivía con su numerosa familia. Un caballo, única posesión de valor de la familia y fuente de su precario sustento, compartía la habitación. Luchín tenía casi un año pero era menudo para su edad. Necesitaba una prolongada convalecencia antes de que pudiera ser devuelto a su familia, de modo que Víctor y yo nos lo llevamos a casa y le atendimos durante algunas semanas hasta que más adelante, con el consentimiento de sus padres, Quena lo adoptó definitivamente“ (Joan Jara).

Más información en:

https://poesia-periferia.blogspot.com/2007/09/la-historia-de-luchn.html

Ana Tijoux:

Camila Meza:

amores cotidianos (298): carta y canción de Leonard

“Bien, Marianne, hemos llegado a este tiempo en que somos tan viejos que nuestros cuerpos se caen a pedazos; pienso que te seguiré muy pronto. Que sepas que estoy tan cerca de ti que, si extiendes tu mano, creo que podrás tocar la mía. Ya sabes que siempre te he amado por tu belleza y tu sabiduria pero no necesito extenderme sobre eso ya que tú lo sabes todo. Solo quiero desearte un buen viaje. Adiós, vieja amiga. Todo el amor, te veré por el camino”.

So Long, Marianne

Come over to the window, my little darling
I’d like to try to read your palm
I used to think I was some kind of Gypsy boy
Before I let you take me home

Now so long, Marianne
It’s time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again

Well, you know that I love to live with you
But you make me forget so very much
I forget to pray for the angels
And then the angels forget to pray for us

Now so long, Marianne
It’s time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again

We met when we were almost young
Deep in the green lilac park
You held on to me like I was a crucifix
As we went kneeling through the dark

Oh, so long, Marianne
It’s time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again

Your letters, they all say that you’re beside me now
Then why do I feel alone?
I’m standing on a ledge and your fine spider web
Is fastening my ankle to a stone

Now so long, Marianne
It’s time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again

For now I need your hidden love
I’m cold as a new razorblade
You left when I told you I was curious
I never said that I was brave

Oh, so long, Marianne
It’s time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again

Oh, you are really such a pretty one
I see you’ve gone and changed your name again
And just when I climbed this whole mountainside
To wash my eyelids in the rain

Oh, so long, Marianne
It’s time that we began to laugh
And cry and cry and laugh about it all again

Letra y Música: Leonard Cohen