
“Cuando muera
no te eches a llorar,
seré yo, la que llene con mi llanto
tus manos vacías”
(Gloria Fuertes)
Donde tú no estuvieras
“aquel montón de ruinas
que dejaste al partir
hacia ese mar oscuro
en donde permaneces
tan espantosamente
callada todavía. “
(Fragmento del poema “El recuerdo”, de J.A. Goytisolo)
Donde tú no estuvieras, como en este recinto,
cercada por la vida,
en cualquier paradero, conocido o distante,
leería tu nombre.
Aquí, cuando empezaste a vivir para el mármol,
cuando se abrió a la sombra tu cuerpo desgarrado,
pusieron una fecha: diecisiete de Marzo. Y suspiraron
tranquilos, y rezaron por ti. Te concluyeron.
Alrededor de ti, de lo que fuiste,
en pozos similares y en funestos estantes,
otros, sal o ceniza, te hacen imperceptible.
Lo miro todo, lo palpo todo:
hierros, urnas, altares,
una antigua vasija, retratos carcomidos por la lluvia,
citas sagradas, nombres,
anillos de latón, sucias coronas, horribles
poesías…
Quiero ser familiar con todo esto.
Pero tu nombre sigue aquí,
Tu ausencia y tu recuerdo
Siguen aquí.
—————-¡Aquí!
Donde tú no estarías
si una hermosa mañana, con música de flores,
los dioses no te hubieran olvidado.
Autor: José Agustín Goytisolo

La madre del escritor J. A. Goytisolo falleció en Barcelona víctima de un bombardeo de las tropas militares sediciosas. Toda su vida persiguió al poeta esa pérdida. Mi madre murió un mediodía de noviembre –hoy hace ocho lejanos años- en el mismo barrio de Gracia donde había nacido; en su infancia correteaba por las estrechas calles sorteando cadáveres de la guerra y sospechosos paquetes que contenían trampas mortales. Quien me iba a decir que la misma pena del poeta cuando niño iba a sentirla yo bordeando los cincuenta. El dolor es eterno.
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