la infancia (147): Poema de José Ramón Ayllón

No me llamo. No soy. Pero todos me ven
y, por más que lo intento, no consigo la fórmula
para hacerme invisible o partícula de aire.
Soy la bola de sebo que calienta el pupitre;
el niño repelente o el tonto de la clase
que, por h o por b, es objeto de burla.
Soy el niño miope, el gafotas de turno,
el llorica, el gabacho, el marica, el tres pies;
el que a la hora del patio se junta con las niñas
y no juega al balón; el sudaca, el morito,
el contador de cuentos y no de chistes verdes.
Soy el raro, el feúcho, el que no tiene padre,
el que no te secunda ni te ríe las gracias,
el que pide disculpas si lo tiene que hacer.
Soy el niño apocado que no incendia las redes,
el felpudo que logra hacerte a ti más macho
ante tus propios ojos y ante los ojos ciegos
que celebran tus bromas de indudable mal gusto.
No me llamo. No soy. Y no soy invisible.
Pero un día seré.
Pero un día seré.

Autor: José Ramón Ayllón Guerrero