UN TORNILLO CAYÓ AL SUELO
Un tornillo cayó al suelo
en esta noche oscura de horas extras.
Cayó vertical, tintineando ligeramente.
Nadie le prestará atención.
Al igual que la última vez
en una noche como esta
en la que alguien se lanzó al vacío.
Ilustración de Tetsuya Ishida
ME DUERMO DE PIE

El papel se hace difuso delante de mis ojos.
Con una pluma de acero esculpo un negro irregular
lleno de palabras de trabajo.
Taller, línea de ensamblaje, máquina, tarjeta de fichar, horas extra, salario.
Me han entrenado para ser dócil.
No sé cómo gritar o rebelarme,
quejarme o denunciar.
Sólo sé sufrir en silencio hasta el agotamiento.
Cuando pisé por primera vez este lugar,
sólo deseaba la nómina gris del día diez.
Para ello me encadeno a mi esquina y a mis palabras.
Renuncio a faltar, renuncio a enfermar,
renuncio a mis asuntos personales.
Renuncio a llegar tarde,
renuncio a irme temprano.
Por la línea de ensamblaje me mantengo
firme como el acero y mis manos vuelan.
¿Cuántos días y cuantas noches
habré pasado dormido de pie?
Autor: Xu Lizhi
Ilustración de Tetsuya Ishida, “Salaryman”
MEDITACIÓN
Después de terminar este poema,
iré a meditar al bosque de sauces.
Contemplaré el cielo sobre las montañas y, mientras cae el sol,
que el canto de las cigarras y el agua del lago
limpien el mundo de los mortales, y el corazón del visitante.
Y en la oscuridad murmuraré perdón, olvido,
absolución, compasión …
Ilustración de Wu Guanzhong
UN NUEVO DÍA (Escrito la noche antes de suicidarse)
Quiero volver a ver el océano
Para contemplar la inmensidad de media vida de lágrimas.
Quiero volver a subir una montaña alta
para intentar encontrar mi alma perdida.
Quiero acostarme en una pradera
y pasar las páginas de la biblia de mi madre.
Quiero tocar el cielo
y acariciar su envoltorio azul celeste.
Pero nada de esto puedo hacer,
así que abandonaré este mundo.
Nadie que me conozca
se sorprenderá de mi partida.
Sin suspiros, sin penas innecesarios:
llegué en el momento oportuno
y me voy también en el momento preciso.
EN MI LECHO DE MUERTE

Quiero mirar otra vez al océano, contemplar la inmensidad de lágrimas de media vida
Quiero trepar otra montaña, intentar recuperar el alma que he perdido
Quiero tocar el cielo, sentir ese azul tan ligero
Pero no puedo hacer nada de eso, así que dejaré este mundo
Todos los que oyeron de mí
No deberían estar sorprendido de mi partida
Aún menos deberían suspirar o afligirse
Estaba bien cuando vine, y bien cuando me fui.
Autor: Xu Lizhi, 30 de Septiembre de 2014
Ilustración: Katsushika Hokusai, “Treinta y seis vistas del monte Fuji – número 33” (1832)
Los poemas de Xu Lizhi (1990-2014) enuncian la vida al frente de la máquina, de la linea de montaje, mas también la existencia del proletariado mundial que funciona en una fábrica, de cualquiera que venda su fuerza de trabajo, este operario es también es una máquina. Cada uno de sus poemas exponen la miseria de un mundo donde lucrarse tiene prioridad infinita sobre la vida humana. Depresión, ansiedad. disfunción sexual, somnolencia, insomnio, rabia, tristeza, suicidio, esa es la realidad del mundo del trabajo capitalista.
Xu Lizhi tenía 24 años cuando se suicidó. Trabajaba para la gigantesca Foxxconn, donde trabajan 800 mil personas en la ciudad de Shenzhen, China (muy cerca de Hong Kong), donde se ensamblan Iphones, Ipads, Wifii y toda una suerte de tecnología para Apple. El contraste entre su aldea en Canton y la ciudad donde los jóvenes deben trabajar produjo en Xu una infinita tristeza. Xu quiso cambiar de empleo; intentó ser contratado en una librería o incluso que lo deriven a la revista de la misma fábrica donde trabajaba y donde le habían publicado algunos de sus poemas. Pero no logró nada. Su vida monótona seguía en la línea de ensamblaje: muriendo día a día como un operario industrial de alta sensibilidad y como un extraordinario poeta anónimo:
El 30 de setiembre del 2014 Xu Lizhi se lanzó al vacío. En China cientos de jóvenes se suicidan frente a una sociedad que usa la enajenación como parte de su sistema laboral: jóvenes depresivos, aislados, abatidos. El sueño comunista de Mao se convirtió en la depredación de un capitalismo de Estado llevado al extremo y envuelto en corrupción de toda índole, frenando la libertad del ser humano, incluso en su fuero más íntimo.
“Todos lo dicen, soy un chico de pocas palabras, no lo niego. Pero no importa lo que usted hable, es con esta empresa que estoy en conflicto” (Xu Lizhi)
Más información en:
https://www.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/la-denuncia-del-poeta-suicida-xu-lizhi-que-trabajaba-en-la-fabrica-donde-se-ensambla-el-iphone-estremece-china_2dpsgmaea1qdlc1js1axz6/
https://www.elquintopoder.cl/sociedad/xu-lizhi-su-suicidio-y-poemas-que-revelan-el-mundo-que-hemos-creado/?utm_source=boletin_semanal&utm_medium=Email&utm_campaign=boletin-146_20160623&utm_content=destacado_principal_4
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