Retratos de España (173): el trifachito

“La derecha tiene razón cuando se identifica a sí misma con la tranquilidad y el orden: es el orden, en efecto, de la cotidiana humillación de las mayorías, pero orden al fin: la tranquilidad de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambrienta.”

(Eduardo Galeano)

Retratos de España (100): cenas con hambre

Un relato de Eduardo Galeano, titulado “GUERRAS CALLADAS” con el contrapunto de la pintura de Angela Santos:

Angela Santos - cena familiar (1930)

“Hoy es el día de la pobreza. La pobreza no estalla como las bombas, ni suena como los tiros. De los pobres, sabemos todo: en qué no trabajan, qué no comen, cuánto no pesan, cuánto no miden, qué no tienen, qué no piensan, qué
no votan, en qué no creen. Sólo nos falta saber por qué los pobres son pobres.
¿Será porque su desnudez nos viste y su hambre nos da de comer?”

Autor: Eduardo Galeano

Ilustración: Angela Santos, “cena familiar” (1930)

El éxito alcanzado por el cuadro Un mundo (1929) supuso un punto de inflexión tanto en la trayectoria plástica como en la vida personal de Ángeles Santos. El contacto de esta con intelectuales y artistas, fundamentalmente en Madrid aunque también a veces en Valladolid, su lugar de residencia actúa como revulsivo que fomenta en ella el afán por la lectura, junto a una inusitada, casi febril, actividad artística. Josep Casamartina precisa cómo la incipiente pintora vive entonces en constante conflicto, generado por la confrontación entre esas ansias de conocer y experimentar las nuevas corrientes de vanguardia y las vivencias cotidianas del ambiente cerrado de una ciudad de provincias. Tal situación se hace extensiva incluso a las relaciones familiares de Santos, como resalta el propio Casamartina: «Fruto de este conflicto es el cuadro Familia cenando, también titulado Familia y Cena familiar, pintado seguramente después del Salón de Otoño de 1929. La influencia de las pinturas negras de Goya es patente en esta obra. Los miembros de una familia burguesa, en este caso la suya, con servicio y cocinera, se convierten en unos brutos hambrientos que comen compulsivamente, amontonados alrededor de una mesa humilde y escasa. La madre de Angelita, una señora fina y elegante que tocaba el piano, se transforma en un monstruo con gesto de cretina que come patatas enteras con las manos, igual que una de las niñas, que la imita como un pequeño chimpancé. El lienzo es de gran formato, impecablemente resuelto y nítido a pesar de su fuerte intención expresiva, casi exagerada». En efecto, el influjo de las pinturas de la Quinta del Sordo se traduce aquí en exacerbada crítica, que Santos compatibiliza con un marcado sentido de la caricatura, dando como resultado una escena cercana a las más ácidas composiciones del alemán George Grosz.

ignominia en la campiña francesa

Un relato de Eduado Galeano que lleva por título “El rescate de la ciudad prisionera”:

Al amanecer del día 25 de agosto de 1944, París enloqueció.

La ocupación había terminado.

Los primeros tanques y carros blindados habían entrado unas horas antes: —¿Son americanos?—preguntaba el gentío.

Pero los nombres de esos tanques y esos blindados, torpemente escritos con pintura blanca, decían: Ebro, Teruel, Brunete, Madrid, Don Quijote, Durruti…

Los primeros liberadores de París fueron los republicanos españoles.

Vencidos en su tierra, se habían batido por Francia.

Ellos creían que después España sería rescatada.
Se equivocaron.

Autor: Eduardo Galeano

la nueveEs esta una de las páginas más memorables, desconocidas y manipuladas de la historia de la liberación de Francia. Porque los primeros protagonistas de esa batalla eran refugidaos republicanos españoles; anarcosindicalistas de la CNT, anarquistas de la FAI, trostkistas del POUM, catalanistas independientes, socialistas de la UGT, antiguos miembros de la Columna Durruti. A muchos de ellos, el Frente Popular los había encerrado en campos de concentración, de donde fueron liberados para convertirse en mano de obra barata, antes de entrar en resistencia contra el ejercito nazi.

Abandonadas las armas, fueron traicionados. Los gaullistas y comunistas que escribieron las primeras historias, cambiaron los nombres de los blindados que habían comenzado la liberación de París, sustituyéndolos por nombres franceses. Sus nombres fueron rigurosamente silenciados de oficio. Su aportación a la liberación de Francia, tachada.

Los republicanos que desfilaron en París padecieron la indiferencia e ingratitud de los aliados que no asumieron la necesidad de continuar hasta Madrid y la ignominia de los propios franceses que fueron incapaces de expresar gratitud ocultando de igual manera la generosidad de los republicanos españoles junto con el servilismo de los colaboracionistas franceses de Vichy.

el aprendiz de brujo (63): analfabetismo político

“Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres” (Eduardo Galeano)
Mark KOSTABI - IN EVERY OTHER ENDLESS DIRECTION (2007)

“El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el coste de la vida, el precio de las alubias, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”.

 (Bertolt Brecht)

dentro del interior.

La propuesta es corta y estimulante; un microrelato de Eduardo Galeano que lleva por título “La historia del arte” que he ilustrado con una fotografía de Wojtek Kwiatkowski.

Un buen día, la alcaldía le encargó un gran caballo para una plaza de la ciudad. Un camión trajo al taller el bloque gigante de granito. El escultor comenzó a trabajarlo, subido en una escalera a golpes de martillo y cincel. Los niños lo miraban hacer….
Los niños partieron de vacaciones, rumbo a las montañas o al mar; cuando regresaron, el escultor les mostró el caballo terminado.
Uno de los niños, con los ojos muy abiertos le pregunto:
– … pero como sabías que dentro de aquella piedra había un caballo?.

amores cotidianos (51): hora del desayuno

”Helena me humilla cada mañana, a la hora del desayuno, contándome sus sueños prodigiosos. Entra en la noche como en un cine, y cada noche un sueño nuevo la espera. Mientras ella cuenta, yo bebo mi café en silencio. Más me vale callar”.

(Eduardo Galeano)

miedo infinito

Siete hombres en el Pabellón. Desnudos. Con la desesperación en sus rostros, suplicando por tal vez tener lucidez o pudiera ser por no tenerla y escapar así de la realidad.

Os propongo un relato breve e intenso de Eduardo Galeano que lleva por título “LA ALAMBRADA”:

A la media noche llegó, súbita, violenta, la orden de formar. Aquélla era la noche  más helada de ese año y de muchos años, y una niebla enemiga enmascaraba todo. A los gritos, a los culatazos, los presos fueron puestos cara contra el cerco de alambre que rodeaba las barracas. Desde las torretas los reflectores atravesaban la niebla y lentamente recorrían la larga hilera de uniformes grises, manos crispadas y cabezas rapadas a cero.

Darse vuelta estaba prohibido. Los presos escucharon ruidos de botas en carrera y los metálicos sonidos del montaje de las ametralladoras. Después, silencio En esos días, había corrido el rumor en la prisión: –Nos van a matar a todos.

Mario Dufort era uno de esos presos, y estaba sudando hielo. Tenía los brazos abiertos, como todos, con las manos agarrando la alambrada: como él estaba temblando, la alambrada estaba temblando. Tiemblo de frío, se dijo así mismo, y se lo repitió; y no se lo creyó.

Y tuvo vergüenza de su miedo. Se sintió abochornado por aquel espectáculo que estaba dando ante sus compañeros. Y soltó las manos. Pero la alambrada siguió temblando. Sacudida por las manos de todos los demás, la alambrada siguió temblando.

Y entonces Mario entendió.

Autor: Eduardo Galeano

Ilustración: Manuel López Villaseñor, ” pabellón 16″ (1981)

Eduardo Galeano: economía mundial y economía doméstica

La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas.”

 

Ilustraciones: Diego Rivera, “el reparto de la tierra” (1924) y “los explotadores” (1926)

 Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen”

Ilustración: Rembrandt, “parábola del hombre rico” (1630)