la infancia (80): regresión

EL VIAJE MÁS LARGO

Ahora que te falta
curiosidad dinero salud
para emprender grandes viajes
visitar parajes exóticos
descubrir nuevas culturas
todos los momentos
que robas a las
insidiosas tareas cotidianas
viajas al territorio de la infancia
donde las vacaciones de verano no terminan nunca.

El chocolate pintaba los labios de azul
los chicos perseguían primero al balón y luego las chicas
la maestra enfermaba hasta el curso siguiente
los abrazos eran tiernos, los besos diáfanos.

Han pasado décadas para descubrir
que el viaje más lejano es el más cercano
y el más largo el que comenzaste hace años
sin saber que,
cuanto más te alejas,
más deseas regresar.

Autor: Javier Solé

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)

la vida y la muerte (137): el vaso de leche

AL BORDE DEL ALBA

Algunas veces,
siempre al borde del alba
todavía con los ojos cerrados
escucha el tintineo
de la cuchara
que disuelve
el cacao
en el vaso de leche
que su vieja
preparaba
cada día
los siete días de la semana

Ahora mismo
lo esta oyendo,
los ojos
se aclimatan
a la oscuridad.

La hija
se ha dormido
mientras
remueve en la taza
las hierbas medicinales
que toma para calmar
los dolores.

Un beso tibio,
con miedo a despertarla,
cierro los ojos
sabiendo
que lo peor
está por venir
en esta negra
noche larga.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Falgas, “vaso de leche”

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)

las cuatro estaciones (109): lluvia de mayo

LLUVIA DE MAYO

El misterio de la lluvia de mayo
se desvanece
cuando las nubes,
cortesanas aduladoras,
abren un pasillo
por el que el sol,
gobernante obsceno,
aplasta gotas rebeldes,
aposentadas en charcos del boulevard,
que perecen
como los parisinos
en la comuna

Autor: Javier Solé

Ilustración: Maximilien Luce, “A Street in Paris in May 1871 Commune” (1906)

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)

el aprendiz de brujo (391): regresar

EL CAMINO DE REGRESO

Fatigado de la miseria
en la ciudadcarl-larsson-el-monton-de-estiercol
el hombre volvió al campo
a la casa solariega
de la que partió
su padre

El hombre se llama Miguel
el mismo nombre de su abuelo
su misma necesidad
idéntica determinación
ante la intemperie del tiempo

en la casa familiar en ruinas
reparará la techumbre
ventilará las alcobas
avivará la lumbre
limpiará el desván
apilará el heno en el pajar
plantará árboles frutales
aprenderá a diferenciar el almendro del cerezo
roturará las tierras yermas
llenará de animales el establo
gallinas vacas cerdos
horneará pan en el molino
compartirá un vino en la taberna al acabar la faena,

acudirá a la ciudad
al entierro de su padre
junto a su esposa,
y al hijo del nieto de Miguel
en la pila bautismal
de la iglesia del pueblo
-por tradición en el fondo y en las formas-
Lo llamarán como a su abuelo Juan.

Cuando el padre acuna al hijo
Sabe que su vástago
lo dejará solo
marchará como su abuelo a la ciudad.carl-larsson-the-cowshed

Los dioses griegos
hace más de dos mil años
vaticinaron
que ni Miguel ni Juan
acumularían riquezas
que todos los recodos
del camino
conducen al mismo lugar
reproducen siempre
las mismas miserables miserias.

Autor: Javier Solé

Ilustraciones: Carl Larsson, “El Montón de estiércol” y “the cowshed”

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)

trabajar para vivir (53): la fábrica. Poemas de Jesús Lizano y Javier Solé

Mi padre sale todas las mañanas
cuando todavía duermo.
Va a la fábrica.
Allí se reúne con muchos hombres
y trabaja.
Trabaja todo el día.
Comen en la misma fábrica.
Al comenzar el trabajo
una sirena llama
a los obreros,
y al terminar la jornada
vuelve a llamar para que dejen el trabajo
y recobren las fuerzas (hay que volver a emplearlas…).
Entonces, mi padre
vuelve a casa
y cenamos juntos. Está muy cansado
y se va pronto a la cama.
Buenas noches, me dice, y me da un beso.
En la fábrica
se viste con un mono
y acude a su máquina
majestuosamente.
A veces, habla.
Su pelo se vuelve blanco,
todas las cosas se vuelven blancas.
Ha dicho que cuando yo sea un hombre
me explicará que es una fábrica.

Autor: Jesús Lizano

Ilustración: Marianne von Werefkin, “The Night Shift” (1924)

ÓPERA EN LA CIUDAD

Puede oírse la ópera
desde los confines
de la ciudad,
en el silencio
de la noche
retumban
los instrumentos de la orquesta.

La voz del tenor
proviene
de la fábrica clausurada
donde el vigilante
cierra los ojos,
fantasea
un futuro diferente
que nunca acontecerá.

Las ratas,
público instruido,
asisten al concierto
con entrada de tribuna.

Desde el palco
las lechuzas
emiten sonidos
que asemejan
voces de contralto.

Con la claridad del día
la magia se diluye.

Un empleo inútil mal pagado
y toda la amargura –y más-
que puedas imaginar.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Jan Matulka, “Owl and Violin” (1935)

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)

poemas de amor, versos húmedos (68)

eric-fischl-reflection-ii-who-1985Algunas noches
me agarro a la almohada
como si fuera una tabla
que en lugar de dejarme en la orilla
me lleva sueño adentro.
Cuando despierto
sólo reconozco el sitio
si estás a mi lado.

Autor: Juan Leyva

Ilustración: Eric Fischl, “reflection II, who” (1985)

Jack Vettriano Tutt'Art@
Nace en tus ojos y nace en mis ojos.
Y tu lengua es la extranjera
en mi boca y rueda mi lengua
por la alfombra hasta hundirse en tus caderas,

Hasta cruzar los ríos con tus pies.
Y resbalan mis manos por la cuesta
abajo de tu piel, y en mis caderas
se hunde tu lengua, y has cruzado ríos

Con mis sueños. Tus pies entre mis labios,
Y mi cuello sobre tu espalda,
y tus piernas encima de mi pecho.

Y siento mi cuerpo extranjero
y el tuyo mío, mientras nace
lo que crece sin años y sin días.

Autor: José Ángel Cilleruelo

Ilustración de Jack Vettriano

Fotograf nunta Bucuresti, fotografii din dragoste,

Grabé con el móvil
el estrépito de tu risa
mientras llevaba a cabo
mi terrible tortura china
de cosquillas.

Y así, me despiertan tus carcajadas
a las 6:10 de la mañana
para recordarme la razón
por la que morderme la lengua,
cerrar los puños y agachar
la cabeza.

También por quién
decir NO alto y claro
cuando menos me conviene.

Y al regreso
darte un beso
sin que puedas echarme
nada en cara.

Autor: Jorge M. Molinero

Fotografía de Natalia Mindru

NOCHE SIN COITO

Con las primeras luces
de una jornadaouka-leele-el-espejo-de-venus-tiene-2008-escamas
similar a la anterior,
en la penumbra
de la celada
que nos acecha
El cuerpo anhela
tu cuerpo
ovillado en el lecho
mas no bien comienza el día
cuando
con un beso casto
calmas sus embestidas,
frenas el despuntar jubiloso
que haría menos triste la jornada

Autor: Javier Solé

Fotografía de Ouka Leele

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)

PRE-ESENCIAS

La esencia rápida del amor
es encontrarte, conocerte,jacqueline-osborn-table-in-the-corner
regenerarse, preferir
dar un solo paso hacia la muerte
antes que andar toda una vida
con nostalgia de ti.

La esencia lenta
es cortar, de repente,
toda una vida contigo,

salir,
beber,

el rollo de siempre,
no casarse ya con nadie,
acostarse solo con la muerte,

vaciar el mar con nostalgia de ti.

Autor: Abel Santos

Fuente original: http://abelsantospoesia.blogspot.com.es/2016/12/pre-esencias.html

Ilustración: Jacqueline Osborn, “Table In The Corner”

13096194_1018639611560479_4436454819393070900_nVITAMINAS

Algunas mañanas deposito
un pequeño frasco de vitaminas
junto a la taza humeante del café.
vano intento, supongo,
de prolongar mis días.
luego enciendo un cigarrillo,
me levanto, y me encamino
hacia la ducha, no sin antes detenerme
ante tu figura anestesiada,
como la de un niño, por el sueño.
algunas mañanas
me reconcilio definitivamente
con la muerte.

Autor: Roger Wolfe

la vida y la muerte (77) el accidente. Poemas de Chantal Maillard y Javier Solé

Una mujer temblorosa aprieta…

2015-bellvitge-en-abril

Una mujer temblorosa aprieta
el brazo de su acompañante.
Él vuelve hacia ella un rostro
tan largo como un número de serie
y dice: “El sesenta por ciento de los muertos
por accidente en carretera
son peatones”.
La mujer deja de temblar: todo está controlado.
A punto estuvo de creer que algo
anormal ocurría,
algo a lo cual debía responder
con un grito, un espasmo,
un ligero anticipo de la carne
ante la gran salida, pero no:
aquello es conocido y ya no la involucra;
le pertenece a otros. Y él añade: “Han llamado
a una ambulancia”, y ella se relaja,
su angustia la abandona:
el orden nos exime de ser libres,
de despertar en otro, de despertar por otro.
A punto estuvo de gritar, desde esa carne ajena,
pero el orden contuvo a tiempo ese delirio.

Autor: Chantal Maillard

LLUVIA

“Mi accidente será un buen epitafio:
Cuando una calle bajo el sol cruzaba,
de dolor – o de amor – es lo mismo,
murió desbaratada”

(Gloria Fuertes, fragmento del poema “El dolor envejece más que el tiempo”)

1667

Rojo Amarillo Verde
gotas de lluvia
cielo oscuro
Verde Amarillo Rojo
asfalto mojado

ni lo muevan ni le toquen el casco
-siempre aparece gente profesional-
el semáforo sigue parpadeando
ajeno a la vida diezmada
se diría no ha tenido nada que ver
o, sencillamente,
todo sigue
más o menos
igual.

Autor: Javier Solé

Ilustración: elene bond, “Blue Umbrellas”

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)

 

casas. Poemas de Javier Solé

FAVELAS DE COLORES

Pintar las favelas
de vivos coloresbuildingspaintcolorsfavelariodejaneirocolorinspiration-c41b8718acb59955a5404174b0637a88_h
no mejora la vida de sus moradores
permite a turistas frívolos
instantáneas alegres.

Y si es menester
se suprime el hambre
se retoca el miedo
se mejoran los contrastes
de la casa de los pobres
en estampas para ricos.

Los especuladores inmobiliarios
proponen al consistorio
un nuevo paraíso.

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)

LA CASA DE LOS FAMOSOS

La obscenidad
con la que
ricos y famosos
muestran sus casas
estimula actos
de justicia social
que el código penal
censura
pero que la razón
aplaude.

Repartiremos riqueza
o compartiremos sufrimiento.

Quien roba a un ladrón
no necesita ningún perdón.

El saqueo en las urbanizaciones
equivale al expolio en los barrios.

Del libro de poemas “La casa del silencio” (ISBN 978-84-9095-522-2)

Ilustración: Egon Schiele, “casa con ropa tendida” (1917)

La gran urbe nunca atrajo a Schiele, que siempre prefirió vivir en pueblos pequeños del campo. En obras como éstas observa su apego por los entornos humildes habitados por gentes sencillas. Pese al tono general apagado la presencia multicolor de la ropa tendida introduce un soplo de vida y una nota de ternura que se aparta de la atmósfera desolada dominante en la mayoría de las ciudades muertas.

El encanto visual de estas animadas fachadas, con sus ventanas de colores, y las ropas colgadas al aire, fueron sin duda el estímulo para pintar este cuadro excepcionalmente jovial. No hay seres humanos pero no tiene uno la impresión de encontrarse en una ciudad muerta.

Retratos de España (132): niños robados

NIÑOS ROBADOS

Alumbrar la muerte, dar vida a la nada
parturienta que teje en nueve meses
una gestación estéril
en un quirófano coronadael-archivo-general-de-la-diputacion-en-el-caso-de-los-ninos-robados

en el rostro del muchacho
que recorre la avenida
reconoce el feto inanimado
que atado a una correa
de una monja muy piadosa
con el hábito atestado de monedas
duerme en la casa del hospicio
donde unos nuevos padres
mañana y siempre
velarán sus sueños
ignorando que el hombre del saco
es quien le besa
cada mañana
en la cancela de una devota escuela.

La muerte no exonera a los culpables
tan solo prescriben con el tiempo
los indecorosos delitos perpetrados.

Autor: Javier Solé

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)

poemas de amor, versos húmedos (59)

john-silver-01No me mires así
no te hagas daño,
soy tan sólo el viajero
que esperabas
y ha llegado hace horas
a la ciudad con puerto
de tus piernas
para inventar la bruma,
la sinrazón urgente
de este muelle,
los vapores de seda,
la mariposa negra de tus medias
cuando vuelan al suelo.

Autor: Fernando Beltrán

Ilustración de john Silver

En una estación del metro

mister-g-cDesventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro

y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos

y la perdieron para siempre entre la multitud

Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por la estaciones

y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles

Y quizás el amor no es más que eso:

una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro

y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre

Autor: Oschar Hahn

Color manzanaperry-gallagher-02

Otoño en llamas
Tu cuerpo y el mío
Enroscados
Como serpiente
Trepando

Ramas

Ya no hay manzana
Lluvia y tormenta por la mañana.

Autor: José Manuel Camarena Delgado

Fotografía de Perry Gallagher

Fuente original: http://www.lamampara.com/#!Color-manzana/c1q8z/56b342c40cf2062bd4171c79

Para A.P. Kern

Recuerdo aquel instante prodigioso
en el que apareciste frente a mí,
lo mismo que una efímera visión
igual que un genio de belleza pura.

En mi languidecer sin esperanza,
en las zozobras del ruidoso afán,alexander-shubin-06
tu tierna voz se oyó en mi largo tiempo
y soñaba con tus divinos rasgos.

Transcurrieron los años. La agitada
tormenta dispersó los viejos sueños
y al olvido entregué tu tierna voz
así como tus rasgos celestiales.

En cautiverio oscuro y tenebroso
mis días en silencio se arrastraban,
sin la deidad y sin la inspiración,
sin lágrimas, sin vida, sin amor.
Mas ahora que el despertar llegó a mi alma,
y de nuevo apareces ante mí,
lo mismo que una efímera visión
igual que un genio de belleza pura.

Y el corazón me late arrebatado
porque en él nuevamente resucitan
la inspiración y la divinidad
y la vida, y el llanto y el amor.

Autor: Aleksandr Pushkin                                          Ilustración de Alexander SHUBIN

amedeo-bocchi-ritratto-di-bianca-in-rosa-1930A Cristina

Ahora que los años
nos han dado y quitado
a voluntad.
Ahora que los hijos regalan bondad
y su precariedad laboral
nos trae a casa los perros
mientras escamotea los nietos.
Ahora que sin remedio
nuestra belleza se ha mudado
al ático y pasea desnuda
y tranquila a discreción.
Ahora, te siento tan cerca,
que aún a riesgo de pisarte
te voy a pedir este baile,
corazón.

Autor: Vicent Camps

Ilustración: Amedeo Bocchi, “Ritratto di Bianca in rosa” (1930)

TARDE DE AGOSTO EN EL ACANTILADO

 “Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor”

(Antoine de Saint-Exupery)

El transcurso
de los años
en el exiliado
mengua la vista
y la certeza
de retornar a la tierra
donde el cacique
gobierna
los designios de su familia

Algunas tardes de verano,aves
cuando la luz del sol
no daña sus pupilas,
contempla desde el acantilado
las aves que vuelan,
donde el cielo y el mar
se confunden,
cerca del hogar perdido.

Cuando el exiliado
habité un mundo
definitivamente
oscuro
no cesará de cincelar
en su mente el rostro
de la primera muchacha
cuyos labios besómujer-en-las-rocas
albergando la esperanza
que viajé en los barcos
que anuncian
su llegada a puerto.

En la última tarde de estío
las aves que regresan
de la tierra del exiliado
vuelan heridas.

Autor: Javier Solé

Del poemario “El cementerio que habitan los vivos” (ISBN 978-84-9076-351-3)