el suicidio (XXVII): demasiado viejo, todavía joven. Gabriel Ferrater, crónica de un suicidio anunciado.

Poseído

Rene Magritte - filosofia de la alcoba (1947)

Sóc més lluny que estimar-te. Quan els cucs
faran un sopar fred amb el meu cos
trobaran un regust de tu. I ets tu
que indecentment t’has estimat per mi
fins al revolt: saciada de tu,
ara t’excites, te me’n vas darrera
un altre cos, i em refuses la pau.
No sóc sinó la mà amb què tu palpeges.

Ilustración: René Magritte, “La filosofía de la alcoba” (1947)

JocJack Vettriano  – Night Calls

Pots jugar amb el seu cos,
que és jove i riu, i vol
el joc, i no n’ha tingut prou.
Encara creus que en tu hi ha vici?
Mostra el teu vici. Dóna’t
sencer. Si te l’estimes,
no li ofeguis aquest tremolor:
la curiositat del cos, que tu
fa massa temps que en dius desig.

Ilustración: Jack Vettriano, “Night Calls”

OCI

Eduardo Urculo - desnudo al atardecer (1981)

Ella dorm. L’hora que els homes
ja s’han despertat, i poca llum
entra encara a ferir-los.
Amb ben poc en tenim prou. Només
el sentiment de dues coses:
la terra gira, i les dones dormen.
Conciliats, fem via
cap a la fi del món. No ens cal
fer res per ajudar-lo.

Ilustración: Eduardo Urculo, “desnudo al atardecer” (1981)

“El suicidio de Gabriel Ferrater, uno de los mejores poetas catalanes de la segunda mitad del siglo XX, se encuadra en la categoría de los suicidios cerebrales o concienzudamente premeditados, sin que ello quiera decir, en modo alguno, que Ferrater se pasara la vida acariciando su propio suicidio, de la misma forma que otros poetas acarician su hipertrofiado ego. Al contrario, parece ser que a lo veintitantos años, más cerca de los treinta que de los veinte, Ferrater decidió suicidarse y eligió el año 1972, un año, visto así, tan vulgar como cualquier otro, con la única salvedad de que aquel año él cumpliría cincuenta, una cifra y una edad redondas. Vivir más allá de los cincuenta años, consideró, era, más que una pérdida de tiempo, una claudicación a los bochornos de la edad.

Después ya no pensó más en ello, aunque es probable que en alguna juerga lo comentara con aquellos poetas jóvenes que tanto lo querían, como Barral y Gil de Biedma. Mientras llegaba aquella fecha fatídica, pero aún lejanísima, se dedicó en cuerpo y alma a leer, a traducir (Kafka, Chomsky), a follar, a beber, a viajar, a visitar museos, a atravesar en moto Barcelona, de arriba abajo, con litros de whisky en la sangre, a cultivar la amistad, a enamorarse de mujeres extrañísimas. Las fotos que tenemos de él nos muestran a un tipo en general bien parecido, a veces con un aire de actor de cine, el pelo blanco, gafas negras, suéter de cuello alto, las facciones duras e inteligentes, los labios con una ligera –y más que suficiente- inclinación sardónica, unos labios que debieron de ser temidos en su época.

Libros de poemas escribió pocos. Si la memoria no me engaña, tres. Todos irrepetibles. En cualquier caso Ferrater vivió su vida –y escribió sus poemas- como un romano. Cuando por fin llegó el año 1972 y a los cincuenta años de su vida, en Sant Cugat del Vallès, un pueblito cercano a Barcelona, cumplió su destino y se suicidó. A nadie le pareció anormal. (Roberto Bolaño)

La muerte de Gabriel Ferrater quedó envuelta por el aura de su suicidio, por una muerte prevista desde 1957 cuando, paseando por su ciudad natal, le aseguró a Jaime Salinas que no alcanzaría la cincuentena, para no llegar a oler nunca como un anciano. Lo hizo con somníferos y una bolsa de plástico. Fue una muerte premeditada, planificada veinte años antes; el suicidio del hijo queda enmarcado por el precedente del padre y el posterior de la madre.

gabriel_ferraterGabriel Ferrater (1922-1972) es un poeta catalán que provenía de una familia acomodada, culta y políticamente comprometida. Su poesía,  no exenta de hermetismo y de un simbolismo a veces de una extrema complejidad imaginativa, se caracteriza sin embargo por ser austera y realista, resultado en buena parte de una querida naturalidad discursiva y de un marcado concretismo y coloquialismo. Es una poesía que pretende cumplir las siguientes condiciones básicas: inteligibilidad, sinceridad, sensatez, interés y amenidad, y, sobre todo, que rehúye todo tipo de barroquismos y gratuitos virtuosismos conceptuales y formales.  El erotismo y las reflexiones morales tienen una acusada presencia.

1 comments on “el suicidio (XXVII): demasiado viejo, todavía joven. Gabriel Ferrater, crónica de un suicidio anunciado.

  1. Conocía la historia de Gabriel y su poesía, pero el texto deja entrever que sus progenitores también se habrían suicidado, ¿es esa información cierta?

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