María Marín versus Galya Popova

LA FORMACIÓN DE LAS ISLAS

Quizá las islas se formaron un día
porque alguien no encontró su tierra,
y lloró tanto que las lágrimas se hicieron mar,

y él,

náufrago.

Autor: María Marín

Ilustración de Galya Popova

Pero a veces prefiero pensar
que ciertas personas
no mueren.
Simplemente dejan su jaula
Y vuelan

Autor: María Marín

Ilustración: Galya Popova, “Disappearing in the sun” (2020)

la vida y la muerte (186)

A SU MEMORIA

Hoy vuelves del recuerdo, madre mía,
envuelta en la penumbra del pasado,
trayendo la nostalgia de los días
que en horas de placer hube olvidado.

Y al ver que fue tu amor, tu amor perdido
el único cariño sin engaño,
te llora más el corazón vencido
y busca en el olvido
tu palabra de perdón.

En el silencio triste
de mi fracaso,
resuenan tus canciones,
rondan tus pasos.
Y siento que retornas
pálida y buena,
para borrar las penas
de mi soledad.

Y en el milagro extraño
de ser tu niño,
revivo la presencia
de tu cariño.
Perfume de tu pelo,
luz de tus ojos,
calor de tu consuelo,
rumor de tu voz.

Vendrás, siempre, vendrás,
a consolar mi mal
cuando mi cerrazón busque luz,
cuando mi corazón te nombre más.

Y sé que volverás
la mano en bendición,
trayendo tu perdón
en un beso de paz.

Autor: Homero Manzi

Ilustraciones de Jozef Israëls

Retratos de España (235): profesores vanidosos, actores hipócritas, alumnos empáticos

“El perverso destruye con sonrisas”

(Marie-France Hirigoyen)

La solidad de los alumnos frente a la complicidad de los profesores.

Puedes, desde el escenario de los Premios Gaudí, condenar los abusos de Hollywood mientras ignoras los de Montjuic. Puro teatro. Que el aplauso de platea no esconda tu pusilanimidad e impostura.

Dos poemas de Sonia Marpez

EL TIEMPO SE HA ENCARGADO DE ASESINAR
a todos los héroes románticos de esta ciudad.
No hay nada que merezca ser esperado.
Quedan sólo las cenizas oxidadas
de las lágrimas que un puñado de amantes
se atrevieron a derramar.

Autor: Sonia Marpez

Ilustración: Antonio Lopez, “Dos amantes” (1962)

LODO

Por cada hijo que no tuve
crecen en tierras sin cielo
raíces que no llevarse a la boca

Autor: Sonia Marpez

Fotografía de anke merzbach

la vida y la muerte (184): la nit

LA NIT

“Cuando amanezca será ya siempre invierno”

(Julio LLamazares)

La nit és una noia verge
amb mitjons de formigues
plena de ferides i medicaments.

La nit
és un cotxe
sense llums
conduït per ningú
que travessa el mur.

És
un gos bordant
tota la seva soledat
als estels.

La nit és una jove de quinze anys
somiant la seva vida
a l’estiu a les muntanyes
on va néixer la seva mare.

És
una gota de pluja
relliscant per la finestra
que no s’atreveix a entrar.

La nit són
vint-i-un capvespres,
la mare al costat de la noia verge
el pare plorant en el cotxe
un descampat prop de l’hospital.

La nit es una noia verge
que tanca els ulls
sense acomiadar-se.

La nit és
el territori on la Mort es fa gran.

Autor: Javier Solé

Ilustración: George Ault, “Bright Light at Russell’s Corners”

Del libro de poemas “Las hilanderas” (ISBN 978-84-9160-877-6)

La noche es una joven virgen
con calcetines de hormigas
llena de heridas y medicamentos.

La noche
es un auto
sin luces
conducido por nadie
que atraviesa el muro.

Es
un perro ladrando
toda su soledad
a las estrellas.

La noche es una joven de quince años
soñando su vida
en verano, en las montañas
en el lugar donde nació su madre.

Es
una gota de lluvia
resbalando por la ventana
que no se atreve a entrar.

La noche son
veintiún atardeceres,
la madre al lado de la joven virgen
el padre llorando en el coche
un descampado
muy próximo al hospital.

La noche es una joven virgen
que cierra los ojos
sin despedirse.

La noche es
el territorio donde la Muerte crece y se hace grande.

las cuatro estaciones (140): invierno.

TARDE DE INVIERNO

Comienza el declive de otra jornada.

El frío se adueña del cuerpo y el silencio ensancha la oquedad.

Puedo mesurar la pena en la mística de la nieve que oculta el sendero. Es un tiempo suspendido por los recuerdos y la promesa quebrada. Descubro una vereda que remonta el valle hasta la infancia. Concibo álamos nómadas. Los carboneros no se han ido todavía.

No sé, pienso en un lienzo de Van Gogh. En una mañana de verano, en el mar. En la ternura inconmensurable de una despedida. Es un instante de desnudez del alma, un aliento de nimiedad.

Como la nieve mañana que se sabe efímera; el candil, trémulo, ensalzará la noche.

Me digo que sólo está oscureciendo -no sé si es la última tarde-.

Hay un perro vagabundo junto a la estación.

Autor: Javier Solé

Ilustración: Frits Thaulow, “Winter at Simoa River”