la vida y la muerte (286): cadena generacional

Junto a esta cama de hospital,
utilitaria y blanca, en la que ahora
descansa el cuerpo enfermo de mi padre,
en este mismo sitio donde ahora
yo mismo estoy sentado,
estuvo un día él velando al suyo.
Me lo recuerda a veces, por la noche,
cuando apagan las luces del pasillo
y se oyen los pasos silenciosos
del personal de guardia
y la tos del vecino y la queja lejana
de alguien que sufre ajeno en un cuarto del fondo.
En voz baja relata otras noches de insomnio
semejantes a ésta, aunque él no fuera entonces
el sujeto pasivo de mis torpes cuidados
sino el representante de esa fuerza
que sacamos sin duda de flaqueza
para poder estar a la altura
de tan penoso trance.
Entre dos luces,
con la respiración forzada del oxígeno,
mientras cambian las dosis del gotero,
pienso un momento en mí
y, sin quererlo, me veo a mí mismo
tendido en esta cama, y a mi lado, sentado, como yo,
en la misma silla, alguno de mis hijos
agarrándome
muy fuerte de la mano.

Autor: Álvaro Valverde, fragmento del poema “Entonces la muerte”

Ilustración de Frants Henningsen