el aprendiz de brujo (1068): los domingos

Siempre hay una hora callada en los domingos
en ella te pierdes y te invade la sensación
de que en la soledad eres extranjero
y piensas de repente en esa mentira
de que el tiempo lo cura todo
no es verdad
lo agranda
Y en esa hora callada sientes
que a tú biografía le han quitado los muebles
que aunque seamos
los conservadores de nuestro museo
si no somos capaces de aprender a poner
la brocha en la grieta no seremos capaces
de reconciliarnos con nuestro pasado

Pienso en esa hora callada
que lo prudente es
dominar el idioma de la soledad
sabiendo que a la palabra la podemos llenar
de ruina y de rabia
podemos pensar en una palabra
y decir otra
hablar sin decir
decir sin hablar
todo dentro de nuestro territorio
donde hay ofensores y ofendidos
intercambiando los papeles
según avance la película
remendando los huecos de la vida
para que no se derrame
en esa hora callada
siempre en domingo.

Autor: Montse Ordóñez

Ilustraciones de Milt Kobayashi