Dos poemas de Olalla Castro, de su libro “Todas las veces que el mundo se acabó”:
RAGNARÖK
El invierno de los inviernos vendrá,
nido blanquecino en nuestros pechos,
cobijando este frío que gorjea.
Una mujer señala con el dedo el fin.
Conocer el golpe exacto
que te dejará sin vida,
el desplazamiento del brazo de quién,
qué espada, después de qué palabras,
con qué piedad o desprecio.
Saber que morirás,
y, sin embargo,
acudir puntual a la batalla.
Autor Olalla Castro
Ilustración: Peter Nicolai Arbo, “La caza salvaje de Odín” (1872)
ISAÍAS
Destrúyelo todo para mí, Señor.
Que los impíos caigan sobre la tierra
cono el fruto de un árbol al varear sus ramas.
Que la muerte se esparza cual semilla.
Castiga, Señor, castiga,
a los cínicos, los ciegos, los violentos.
Golpea a quienes nos han golpeado.
Júzgalos. Condénalos.
Aplasta con tu mano sus manos miserables.
Que todos los pueblos menos el nuestro mueran.
Que las ciudades caigan menos Jerusalén.
Que nosotros, los únicos justos,
reeinemos con nuestra única verdad.
Autor: Olalla Castro
Ilustración: Issachar Ber Ryback, “Pogrom in Kiev”(1919)