amores cotidianos (350): el suicidio de las penas

Te vi,
se rompieron nuestras soledades,
se alborotó el instinto,
se llenaron de luz las lámparas fundidas.
Se murieron del susto, nuestros primeros padres,

y tu pena y mi pena,
se suicidaron juntas
la tarde,
de nuestro encuentro.

Autor: Gloria Fuertes

Ilustración de Malcolm Liepke