Estoy hasta las trenzas,
por no decir otra cosa,
de tanta tragedia.
Al final de mis días,
escúchame bien,
esto es lo que quiero
que me quede:
una mañana de abril
sin adjetivos superfluos,
la bondad de la luna
en las noches victorianas
de invierno
y el regalo de un amor
de muchos años
que no se encuentra en los chinos
ni en Tiffany.
Lo siento por ti y por Shakespeare, Romeo.
Autor: Almudena Guzmán
Cómo puede hallar mi brújula el norte
si todo tu cuerpo está imantado
allá donde tú estás
su aguja señala
Autor: Vera Eikon
Fotografía de Michal Zahornacki
Artúrica
Em desperta la fulla freda de l’espasa
clavada al centre del llit entre el meu cos
i el teu record. Aquell qui l’ha deixada, però,
desconeix la llei més elemental de l’univers
físic: la boca que té set trobarà finalment
l’aigua, encara que el sol assequi totes les fonts
i les lleres s’omplin de sal i d’escorpins.
Autor: Gemma Gorga
Fotografía de Magdalena Lutek
Me ha dado vértigo verte tan cerca.
Si me hundo en tus ojos,
se te van derramando las pupilas
con cada caricia, con cada pausa,
con todo movimiento.
Si me acerco,
si te respiro tan cerca,
si casi te alcanzo los labios,
algo dentro me impide
arrancarte el beso, la boca,
y digo el beso, y no un beso cualquiera,
porque lo quiero todo,
la piel,
la carne que envuelve los ojos
que me han llevado a quererte,
y siento la nada en los pies, de nuevo,
la altura del deseo,
la grandeza del cuerpo,
el miedo, absurdo, a caer
en tan placentero precipicio.
Repito: me ha dado vértigo
verte tan cerca.
Autor: Ana Vega
Desearía contar los lunares
de tu rostro
en cada noche clandestina
que voy vagando
en busca de tu nombre
y de tu hombro.
Autor: Alicia García Nuñez
Fotografía de Noell S. Oszvald
Petita mort que escalfes
Petita mort que escalfes
les mitges i les calces
esperant la nit.
Autor: Nuria Busquet Molist
Fuente original: http://nuriabusquet.cat/2013/05/02/petita-mort-que-escalfes/