“El trabajo puede proporcionar la oportunidad de crecer, no sólo económicamente, sino también espiritual y personalmente.
En caso contrario, con él estaremos perdiendo una parte demasiado importante de nuestra vida” (James Autry)
Aquí no vale aplicar propiedad conmutativa alguna y el orden de los factores naturalmente que altera el producto.
No soy protestante; ni luterano ni calvinista. Y tampoco numerario del OPUS, ni pertenezco a ninguna otra secta. Soy, como Buñuel, ateo por la gracia de Dios.
Y por eso, y por otras muchas razones que hoy me callo aspiro a vivir y el trabajo es un medio instrumental (no un castigo divino, aunque la mayoría de las veces se parece por las condiciones en que se presta) siempre. Y sólo cuando, como ahora, escasea, puede aparecérsenos como un fin en si mismo.
Ilustración: Van Gogh, “El pintor camino del trabajo” (1888)